ECONOMíA
› LA RESERVA FEDERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
SUBIO LOS INTERESES POR PRIMERA VEZ EN CUATRO AÑOS
Cambio de escenario para los emergentes
La decisión de la banca central estadounidense, aunque no tenga impacto inmediato en Argentina, puede implicar el inicio de un nuevo proceso de fuerte castigo para las economías deudoras. Brasil está más expuesto. Los mercados no registraron el impacto, porque esperaban una suba mayor.
› Por Claudio Zlotnik
Alan Greenspan cortó una racha de tres años y medio y ayer subió la tasa de interés en un cuarto de punto: de 1 a 1,25 por ciento anual. Así, la Reserva Federal (banca central estadounidense) dio inicio a un ciclo alcista en el costo del dinero. Aunque la medida tenga un impacto muy acotado en la Argentina debido a que aún el país no salió del default, lo más trascendental de la decisión es que implica un cambio en el escenario financiero internacional, que ahora aparece más complicado para los países emergentes. Pese a estas perspectivas, los mercados de la región terminaron con alzas –el índice MerVal ganó 1,3 por ciento mientras que el dólar cerró sin cambios– debido a que el titular de la Reserva Federal dio a entender que el proceso alcista de la tasa no será vertiginoso, tal como había sucedido en ocasiones anteriores.
La última vez que la FED subió la tasa fue en mayo de 2000. Y en enero de 2001 arrancó un proceso de bajas –hubo 13 retoques en total– que duró hasta ayer. En todo este período, la tasa cayó del 6,5 al 1 por ciento anual, el nivel más bajo en 46 años.
Después de dos jornadas de reuniones, los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal anunciaron la medida, que estuvo en línea con lo esperado por los financistas. Para evitar un efecto negativo en los mercados, el propio Greenspan había advertido sobre el cambio de tendencia hace un par de meses. En este contexto, tanto en Wall Street como en la city estuvieron atentos al contenido del comunicado de la FED: de él se desprendería si Greenspan está pensando en una modificación financiera abrupta. Pero el banquero central llevó calma a los inversores. El texto indica que, de precisarse, la suba de la tasa tendrá “un ritmo mesurado”.
Con la medida, la Reserva Federal busca evitar un rebrote de la inflación en los Estados Unidos. Así como a comienzos de 2000 Greenspan intervino para sacar a la economía del estancamiento, ciclo negativo que se profundizó tras los atentados del año siguiente, ahora intenta que una política monetaria más restrictiva prevenga alzas de precios. Por ahora, el temor parece medido. Así lo escribieron los directores de la FED: “Aun cuando los datos sobre la inflación son algo elevados, una parte del aumento verificado en los últimos meses puede atribuirse a factores transitorios”. Se refería a la escalada en el barril de petróleo.
A pesar de que en Economía y en el Banco Central tomaron la noticia con calma porque el alza de un cuarto de punto en la tasa no tendrá mayor impacto sobre la economía, lo cierto es que un ciclo alcista de la tasa internacional tiene efectos negativos tanto financieros como sobre la economía real.
- Impacto financiero.
–Mayores pagos por la deuda. Si bien la Argentina sigue en cesación de pagos, los pasivos con los organismos ajustan por la tasa internacional, lo mismo que algunas series de Boden. Se calcula que esas mayores erogaciones suman unos 135 millones de dólares anuales.
–Flujos de capital. La suba de la tasa internacional incrementa el costo de oportunidad de invertir en activos argentinos. El fenómeno funciona como un incentivo a que los ahorros fluyan hacia Estados Unidos.
–Tasas de interés internas. Como existe liquidez abundante en el sistema financiero y, encima, los bancos prestan poco, no se espera un incremento de los créditos en el corto plazo. Distinto será el escenario cuando caiga la liquidez y las entidades deban fondearse a costos más elevados.
- Impacto en la economía real.
–Commodities. Sin dudas, el efecto más relevante se relaciona con lo que suceda con los precios de los commodities, que son el principal rubro de exportación de la Argentina. Ante una suba de la tasa internacional debería corresponderle una baja de las materias primas ya que, ante un fortalecimiento del dólar, habría una menor demanda mundial. En la city sostienen que los precios de los granos cayeron en las últimas semanas adelantándose al anuncio de Greenspan. De todos modos, algunos economistas, como Javier Alvaredo, de MVA Macroeconomía, piensan que no existen motivos para preocuparse. “China y la India están jugando un rol muy relevante en la economía mundial, aparecieron como grandes demandantes de commodities. Es un escenario muy diferente al de hace algunos años”, señaló Alvaredo, en diálogo con Página/12.
–Crecimiento. El economista jefe para Argentina y Chile del banco estadounidense JP Morgan, Vladimir Werning, advirtió, en diálogo con este diario, sobre un probable impacto indirecto: sería en caso de que aquellas capas sociales que pueden consumir privilegien ahorrar en el exterior o comprar dólares antes que gastar esos ahorros en el mercado doméstico.
–Brasil. A diferencia de la Argentina, necesita refinanciar deuda para evitar el default, lo que lo hace más vulnerable a un cambio de escenario internacional. Cuando se supo que la FED actuó de manera moderada, la Bolsa subió 1,7 por ciento, el real se revaluó dos centavos –a 3,09 por dólar– y el riesgo país cayó 2 por ciento, a 641 puntos. No caben dudas de que una crisis en el socio mayor impactaría negativamente en la Argentina.
Junto a la decisión de la Reserva Federal, empezaron a correr también las especulaciones sobre la magnitud del proceso alcista de la tasa internacional. ¿Habrá comenzado un ciclo tan nocivo como el de la década del ’80, cuando la tasa se duplicó, del 3 al 6 por ciento, en menos de un año? ¿Implicará el inicio de una crisis en los países emergentes, como la generada a fines del ’94 en México? Durante aquel año, la FED había subido la tasa del 3,25 al 6 por ciento anual.
Tanto Alvaredo como Werning aseguraron que todavía es temprano para arriesgar. Por lo pronto, el JP Morgan calculó que la tasa llegará al 2,25 por ciento a fines de este año y al 4,25 por ciento al término de 2005. Ambos especialistas también coincidieron en que los países emergentes se encuentran más fuertes que en la década pasada. Y enumeraron: tipos de cambio flotantes que resguardan a los países de los shock externos; orden de las cuentas fiscales; superávit comerciales y aceptables niveles de reservas en los respectivos bancos centrales. “No caben dudas de que los emergentes están más protegidos que en los anteriores procesos alcistas de la tasa internacional”, aseguró Werning.
Con la decisión de ayer, Greenspan reabrió una instancia que se había suspendido a comienzos de 2001. Para la próxima prueba falta poco: los directores de la FED tienen agendada una cita para el 10 del mes que viene.
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