El panorama para el petróleo continúa sin brindar buenas noticias. Con la suspensión de las actividades de extracción en el sur de Irak, más los embargos contra la rusa Yukos y la incertidumbre por el referéndum venezolano, los precios siguieron hacia arriba. Estados Unidos, en tanto, insiste en no tocar sus reservas estratégicas pese a que el barril del crudo cerró ayer con una nueva cifra record: 44,84 dólares. Con este precio como referencia, las petroleras en la Argentina tendrán que pagar una retención del 43 por ciento para la exportación de hidrocarburos.
Las razones para las imparables alzas en el costo del petróleo han desfilado una tras otra durante las últimas semanas y hoy la lupa está sobre Iraq. Las amenazas de seguidores del clérigo chiíta Muqtad al Sadr sobre posibles atentados contra instalaciones petroleras en la zona de Basora fueron la razón para que se decidiera incluso suspender la extracción del crudo en dicho lugar. Esta paralización de actividades representa para el mercado el corte de una fuente considerable de petróleo a nivel mundial, en tanto es por esta zona sur que sale alrededor del 90% de las exportaciones del crudo iraquí. (más información en la página 19.)
Por otro lado, la expectativa ante el referéndum revocatorio del mandato de Hugo Chávez en Venezuela y la crisis en las finanzas de la más importante petrolera rusa, Yukos, mantienen aún en vilo al mercado y afectan así los precios. Justo ayer, el Ministerio de Justicia ruso ratificó la decisión de embargar los títulos de la principal extractora de Yukos, luego de que el viernes un tribunal de arbitraje resolviera que la medida era “ilegal” y “no motivada”.
Las amenazas y las incertidumbres, sumadas a la reiterada decisión del gobierno estadounidense de no utilizar sus reservas estratégicas de petróleo, elevaron todavía más los costos históricos que el barril de crudo viene registrando desde la semana pasada. Al cierre del mercado, el barril se cotizó en 44,84 dólares, tras haber llegado hasta los 44,98, y es por esta escalada de precios que ahora la OPEP considera incluir a países no miembros en su reunión de septiembre, para buscar una solución conjunta.