ECONOMíA
› WASHINGTON JUEGA SIEMPRE EN EL MISMO BANDO
“No estamos contra el FMI”
El embajador norteamericano, Lino Gutiérrez, dejó en claro que la administración Bush no desautorizará al Fondo en sus planteos frente a la Argentina. El presidente Kirchner, en tanto, aseguró que el Gobierno no aceptará los “caprichos” del organismo.
“Le deseamos todo lo mejor a la Argentina en sus negociaciones, pero no quiere decir que nosotros estamos de un lado por la Argentina y contra el Fondo Monetario.” El embajador norteamericano, Lino Gutiérrez, salió así a aclarar que, más allá de las declaraciones típicas de la diplomacia, Washington juega siempre del mismo lado. El presidente Kirchner, por su parte, no se privó de seguir disparando contra el Fondo. Dijo que el Gobierno mantendrá “discusiones firmes y absolutamente racionales”, pero que no aceptará “los caprichos” de los organismos internacionales. En el Ministerio de Economía confían en que dentro de dos semanas el Gobierno pueda iniciar las conversaciones formales con los acreedores privados, una vez que la Comisión de Valores norteamericana haya aprobado los aspectos legales de la propuesta.
El martes pasado, durante un encuentro del llamado Consejo de las Américas, del que participaron empresarios y varios ministros del gabinete nacional, el embajador Gutiérrez había dicho que EE.UU. era “uno de los mejores amigos de la Argentina en el Fondo”. Tal declaración fue interpretada por algunos funcionarios y medios de prensa como un apoyo explícito de Washington a la administración Kirchner en medio de la tormentosa negociación con el FMI. Sin embargo, ayer el embajador norteamericano puso las cosas en su lugar. “Nosotros dentro del Fondo Monetario, dentro del G-7 somos el país que mejor entiende a la Argentina y hemos tratado de que la Argentina pueda superar sus metas, pero esto no quiere decir que no seamos parte de la arquitectura financiera internacional y parte integral del Fondo Monetario”, remarcó. Traducido: la administración Bush no desautoriza al FMI en sus reclamos a la Argentina y, según interpretan algunos, no moverá un dedo en los próximos meses, de plena campaña electoral en el Norte, para destrabar un acuerdo.
En este contexto, Kirchner no se privó de continuar la escalada de recriminaciones al Fondo. “Nos cuesta mucho juntar una moneda tras otra para seguir aceptando a veces idas y vueltas con caprichos de organismos internacionales que no han estado muy bien con la Argentina”, afirmó al inaugurar un centro de servicios de telecomunicaciones de la empresa Siemens en San Martín.
Distintos ministros confirmaron en los últimos días que la estrategia oficial frente al FMI en lo que resta del año será pagar puntualmente los vencimientos de capital e intereses (unos 2000 millones de dólares), dejando para enero, después de haber cerrado la renegociación de la deuda, la discusión sobre cómo sigue el acuerdo en los años 2005 y 2006.
Casi en su totalidad, esos vencimientos se afrontarían con el superávit fiscal que el Tesoro tiene depositado, en dólares, en el Banco Nación.
No obstante, antes de empezar a pagar, Roberto Lavagna pretende que el Fondo asuma algún tipo de compromiso de que los dólares girados a Washington serían devueltos una vez que se alcance un nuevo acuerdo.
De ahí que los dichos de Kirchner también hayan apuntado a la necesidad de conseguir ese compromiso. “Hoy administramos los recursos con responsabilidad y austeridad, no estamos dispuestos a regalarlos”, advirtió.
En el Ministerio de Economía estiman que la Comisión de Valores norteamericana podría aprobar hacia el 15 de agosto los aspectos legales de la propuesta de reestructuración de la deuda, un trámite del que depende el inicio de las conversaciones con los tenedores de bonos argentinos. Así, en unas dos semanas el Gobierno estaría en condiciones de iniciar las negociaciones formales con los acreedores privados.
Uno de los colaboradores de Lavagna dijo que “las negociaciones con el Fondo continúan” y reveló que ayer integrantes del equipo económico se habían reunido con Luis Cubedu, un funcionario del organismo que reside en el país. La fuente explicó, además, que la postergación de la tercera revisión del acuerdo stand-by vigente permitirá al Gobierno eludir “la presión del organismo en momentos en que se negocia el canje de la deuda”. El problema es que hacia el 15 de septiembre el Ejecutivo deberá girar al Congreso el proyecto de Presupuesto 2005, con la pauta de superávit fiscal para ese año, y obviamente el Fondo no se quiere quedar afuera de la discusión.