ECONOMíA
› DESPUES DE LA DEVALUACION
El Plan Fénix 2
Por Grupo Fenix *
A tres meses de la asunción de Eduardo Duhalde, quienes integramos el Grupo Fenix expresamos nuestra profunda preocupación por la grave crisis económico-social que vivimos. Sería oportuno que el Gobierno reflexione sobre la corrección de la estrategia oficial en curso, que se basa en el supuesto de que no hay salida sin acuerdo con el FMI. A diferencia del Gobierno, advertimos que esta estrategia nos lleva a un callejón sin salida. Por un lado, anunciar que no hay esperanza sin un acuerdo con el FMI nos condena a una crisis de confianza aún mayor si el acuerdo no se concreta. Este riesgo es especialmente serio dado que debido al cambio de prioridades estratégicas, en general, y de tratamiento de los países deudores, en particular, que están implementando el gobierno de Estados Unidos y su instrumento, el FMI, la era de megapaquetes de rescate de países en crisis quedó relegada al pasado. Y parece claro que se pretende que la crisis argentina tenga efectos ejemplificadores a nivel internacional.
Las exigencias del FMI en materia de ajuste fiscal son de un rigor tal que, de cumplirse, no harían más que agravar aún más la situación de depresión económica existente. Además, la magnitud de la ayuda financiera real que se obtendría en caso de un acuerdo con el FMI es tan exigua que no aliviaría las consecuencias del ajuste reclamado.
Esta estrategia de sumisión al FMI es perversa por dos razones. Por una parte, implica una inversión de prioridades: en lugar de pensar, discutir e implementar qué medidas tomar en la emergencia para rescatar del hambre y la humillación a nuestros compatriotas más sufridos y olvidados, reactivar la economía aprovechando la enorme cantidad de trabajadores y máquinas paralizados y lanzar un plan de crecimiento con equidad, insistimos en la aplicación de medidas depresivas, pedimos de rodillas préstamos que no necesitamos y sacrificamos la dignidad nacional al reescribir nuestras leyes según el dictado de los poderes extranjeros.
La segunda perversión de la estrategia actual es que parece no haber advertido que la debacle actual es consecuencia de una implementación tan celosa del modelo neoliberal según los consejos de los organismos financieros internacionales, que hasta no hace mucho había convertido a la Argentina en la niña mimada de la comunidad financiera internacional, y en lugar de revertirlo, está cayendo en la trampa de profundizarlo.
Es preciso, entonces, dar un giro de 180 grados en la discusión sobre política económica. La Argentina cuenta con enormes recursos propios para salir de la crisis, que es preciso movilizar. El cómo movilizarnos depende sólo de nosotros. Es hora de que los argentinos retomemos el timón de la política económica para asumir plenamente la responsabilidad de nuestros aciertos y errores. Tal como lo planteamos en nuestra propuesta “Hacia el Plan Fénix”, creemos que la superación del ciclo de decadencia y empobrecimiento requiere la adopción de un conjunto simultáneo e integrado de decisiones que ponga en marcha un plan coherente de desarrollo con equidad. El gran desafío de la política económica actual consiste en implementar una respuesta a la emergencia que se articule con semejante plan. Esta propuesta parcial y de urgencia parte de la idea central de que la distribución progresiva contribuye de manera decisiva a la recuperación del nivel de actividad y ésta a la de la recaudación tributaria. En otros términos, revierte el círculo vicioso de concentración de ingresos, depresión, caída de recaudación, ajuste de gasto público y más depresión. Ratificamos así nuestras propuestas que entendemos de absoluta vigencia, pero también queremos sugerir medidas inmediatas, que se corresponden con la urgencia que la coyuntura nos impone:
1 Conformación de un Fondo de Reparación Social que brinde un Seguro de Empleo y Formación Laboral, complementado con ayuda alimentaria y sanitaria, a los jefes y jefas de hogar que hoy carecen de ocupación. El financiamiento del fondo puede lograrse con la afectación de parte de las elevadas rentas generadas por la maxidevaluación en los sectoresconcentrados de la actividad exportadora vía retenciones, las ganancias de los sectores empresariales más beneficiados por la pesificación de sus deudas en moneda extranjera con un impuesto especial, y mediante una sobretasa del impuesto a las Ganancias a los contribuyentes que en cualquiera de los tres últimos ejercicios hayan obtenido una renta imponible mayor a cierto umbral.
2 Lanzamiento de un Programa Social de Trabajo que priorice las actividades intensivas en mano de obra.
3 Lanzamiento de un Plan de Construcción de Viviendas Económicas.
4 Contención efectiva de la inflación. El Gobierno debe emplear toda la autoridad del Estado y la ley para impedir que las maniobras anticompetitivas y especulativas impulsadas por ciertos sectores concentrados provoquen un brote inflacionario que deprimiría aún más el salario real y el nivel de actividad y provocaría una situación de caos macroeconómico.
5 Diseño e implementación de un nuevo sistema tributario progresivo que eleve los impuestos a las ganancias y a las ganancias de capital, disminuya gradualmente la tasa general del IVA y fije tasas diferenciales menores en los artículos de primera necesidad. Se deben derogar las exenciones impositivas a las rentas financieras e incorporar los dividendos a los ingresos gravados de las personas físicas.
6 Refundación del Estado argentino para tornarlo eficaz y transparente, desterrando la corrupción dominante y restaurando su poder de intervención en la economía.
7 Transformación del sistema bancario en el instrumento de financiamiento de la actividad productiva genuina, en especial de las Pymes, para lo que será preciso transitar, en primer lugar, hacia una rápida eliminación de las restricciones para su funcionamiento normal y, en segundo término, hacia una consolidación de la banca estatal y cooperativa, creando instituciones financieras de fomento.
Afirmamos que de esta crisis saldremos antes que nada con el esfuerzo nacional. El apoyo externo puede ayudar pero no es cierto que sea imprescindible. En tal sentido, el mejor momento para discutir con los organismos internacionales de financiamiento y los acreedores externos los problemas del endeudamiento público será cuando este programa de acción está en marcha produciendo pleno impacto. Cualquier otra opción no logrará más que acentuar la miseria, el atraso y la exclusión social. Nos referimos al espejismo de la dolarización o de una nueva convertibilidad.
* Universidad de Buenos Aires-Facultad de Ciencias Económicas
Hoy y hasta pasado mañana, en la FCE, se desarrollarán comisiones de trabajo sobre el Plan Fénix con el eje convocante: “De la crisis actual al crecimiento con equidad”.