A pesar del aumento de la desocupación, la situación en el mercado laboral presenta señales positivas. Así lo destacó ayer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien presentó los datos de la última Encuesta de Indicadores Laborales realizada por su cartera. En agosto, el empleo creció 0,6 por ciento en promedio en los principales cuatro aglomerados urbanos del país. Lo más importante es que los nuevos puestos de trabajo son en su mayoría formales y de personal calificado, lo que mejora la calidad del empleo y el nivel de los ingresos, resaltó el ministro.
Néstor Kirchner, por su parte, afirmó que “es muy bueno que las empresas tengan rentabilidad, pero hay que saber compartir la rentabilidad”. Luego alertó que no hay que repetir “como en la década del ’90, cuando nos decían que crecía Argentina y crecían unos poquitos. Lo importante es que cuando digamos que crece la Argentina, todos sintamos que el crecimiento nos llega”.
Desde septiembre de 2002 a agosto último, la recuperación del empleo fue mayor en el interior del país. Mientras en esos distritos el nivel de ocupación aumentó un 16 por ciento, equivalente a un promedio mensual de 0,6, en el Gran Buenos Aires creció 10 por ciento, es decir, un promedio mensual de 0,4. En agosto la situación fue similar. En Gran Mendoza el empleo subió 1 por ciento y en Gran Córdoba, 0,9. Después siguió el Gran Buenos Aires, con 0,6 por ciento, y esta vez más atrás quedó Gran Rosario, con 0,3. Esto representa una “reversión” de la desaceleración de creación de puestos de trabajo registrada en abril y mayo pasado, como consecuencia de la crisis energética, sostuvo Tomada.
En el total de aglomerados del país, el empleo creció 3,6 por ciento entre enero y agosto, un 30 por ciento más que en igual período de 2003. El informe que prepara la cartera laboral subraya que la industria fue la que experimentó el mejor desempeño. En los últimos doce meses elevó su dotación de personal en un 10,6 por ciento, contra un 5,6 por ciento del sector comercio y servicios. En agosto, todos esos rubros registraron una suba igual de 0,6 por ciento. Otro dato destacado del informe es que el 68 por ciento de las incorporaciones corresponde a contratos por tiempo indeterminado. Es decir, empleos formales en relación de dependencia. De ellos, el 53 por ciento fueron operarios o empleados calificados. En cuanto a las expectativas de las empresas para los próximos tres meses, el 84 por ciento dijo que espera mantener la dotación actual.
El Ministerio de Trabajo difundió ayer otro documento que también permite analizar la realidad del mercado laboral. Es una evaluación detallada de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, de la que surge el dato de la desocupación. Esta encuesta es mucho más amplia que la de la cartera laboral. En el segundo trimestre, dice el informe, del total de nuevos puestos de trabajo generados, el 62 por ciento fue formal, contra el 38 por ciento “en negro”. De ese modo, se revirtió por primera vez en más de una década una tendencia de mayor creación de puestos informales. En el primer trimestre de 2004, la relación había sido de 42 por ciento formales y 58 “en negro”.
La explicación que da el Ministerio de Trabajo del aumento de la desocupación es que hubo más gente buscando trabajo que la cantidad de empleos generados. Es decir que, si bien aumentó el empleo, no fue suficiente para absorber la oferta de trabajo. Si la tasa de actividad (demandantes de empleo) se hubiera mantenido en el nivel del primer trimestre, la desocupación entre abril y junio habría sido del 13,3 por ciento.
Por otra parte, en el segundo trimestre, por cada punto de crecimiento de la economía, el empleo subió 0,97 por ciento. Es un nivel muy alto, sobre todo comparado con el 0,26 por ciento de los primeros años del período 1991-1994 y con el 0,50 del post Tequila.