La presencia de Martín Redrado en el Senado fue un paseo. Durante las cuatro horas y media que estuvo en la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta, la nominación de quien fue calificado de joven brillante por Carlos Menem no sufrió ninguna zozobra. Aunque finalizada la audiencia, los peronistas, mayoritarios en la comisión, comenzaron a firmar el dictamen que recomienda su aceptación como titular del Banco Central de la República Argentina. La llegada del tema al recinto se concretará recién el miércoles que viene. Redrado insistió con que alentará el crédito a largo plazo.
El manejo del riojano Jorge Yoma, titular de la comisión, evitó que se leyeran las dos impugnaciones que había sobre la candidatura de Redrado. Sí se leyeron dos cartas del futuro titular del Central en las que éste responde a esas impugnaciones.
Las críticas a su postulación son por el mismo tema: la existencia de una causa judicial en la que se investiga un presunto manejo irregular de fondos reservados cuando el candidato estaba al frente de la Comisión Nacional de Valores.
El autor de la denuncia y de una de las impugnaciones fue su ex secretario privado Adrián De Santis. La otra la realizó el diputado del ARI, Adrián Pérez.
Redrado argumentó que la denuncia de De Santis era por una “animadversión” personal que tenía con él a raíz de un conflicto laboral y que “nunca” fue citado por la Justicia por dicha causa. El juez federal Norberto Oyarbide remitió un escrito en el que afirmó que “la investigación continúa abierta”. Aunque también reconoció que hasta el momento no se tomó “ninguna medida procesal” en contra de Redrado.
Desde el comienzo estaba claro que solamente hablarían los senadores. Como sucede habitualmente, un empleado del Senado se ocupaba de entregar personalmente el micrófono a quienes iban a intervenir. “Fíjate que no se lo entreguen a De Santis”, le dijo Redrado a Yoma por lo bajo. “Quédate tranquilo que conoce a todos los senadores”, fue la respuesta del riojano. Junto al Golden Boy estuvieron los demás candidatos a ocupar un lugar como directores del Central. El radical Miguel Pesce, propuesto como vicepresidente de la entidad, y como directores: Arnaldo Bocco, Waldo José María Farías, Zenón Biagosch y Alfredo O’Connell.
Superado el tramo inicial de las impugnaciones, Redrado avanzó con algunas definiciones, generales por cierto, de lo que será la política monetaria que impulsará durante los próximos seis años, en los que de no mediar imprevistos, políticos o de los otros, estará al frente del BCRA. Señaló que su principal objetivo será “hacer del peso una reserva de valor”, para que no sólo sea un medio de transacción, sino también un medio de ahorro.
Estimó que la inflación para 2005 oscilará entre el 5 y el 8 por ciento, entre 4 y 7 por ciento en el 2006 y descartó que se vaya a implementar una nueva compensación a los bancos a la ya aprobada por el Congreso, como consecuencia de la pesificación asimétrica. Dejó una puerta abierta cuando dijo: “Salvo que haya un pronunciamiento de la Justicia”.
Al referirse al crédito interno, señaló que esperaba que los bancos puedan dar préstamos en pesos a largo plazo, “lo que ahora no existe”, admitió. Dijo que esto era así porque los bancos “reciben depósitos a corto plazo”, por lo que una de las herramientas que se analizan es la de “impulsar a que las AFJP, que todos los meses ingresan al sistema 200 millones, lo hagan a través de créditos a largo plazo, por ejemplo cuatro o cinco años, así los bancos pueden prestar a diez”, dijo.