Algunos directores de la flamante Enarsa trataron de dar respuesta a los cuestionamientos que generó la creación de la compañía estatal. Salieron al cruce de aquellos que piensan que son escasas las chances que tendrá la empresa de operar en un mercado tan concentrado como el energético. Y también de quienes advierten sobre una eventual privatización futura. Aldo Ferrer aseguró que, con Enarsa, el Estado “llena un vacío” en un sector del que había quedado desplazado, mientras que Luis Corsiglia desestimó las especulaciones sobre un pase a manos privadas.
Ferrer no dudó en calificar a Enarsa como “una verdadera corporación de fomento energético”. Y si bien destacó la importancia estratégica de que el Estado vuelva a tomar posición en el sector, reconoció que la misión de la empresa sólo será provechosa si “surge la responsabilidad de saber utilizar bien este instrumento”. En ese sentido, contó que la idea no se limita a que Enarsa actúe en el rubro de los hidrocarburos, sino también en el sector eléctrico. “La empresa va a poder operar en todo el frente energético, en toda la cadena de generación de valor”, destacó el economista del Grupo Fénix en declaraciones radiales. Ferrer, al destacar la importancia de haber creado Enarsa, recordó que varias de las compañías que operan en la Argentina permanecen en poder del Estado en sus países de origen. Y que hacia esos destinos giran las divisas que generan en este país.
Por su parte, Corsiglia, reconocido operador bursátil y flamante director de Enarsa, aseguró que “de ninguna manera” existe el riesgo de que el Estado pierda el control de la compañía. E incluso reivindicó el papel del Estado: “Está claro que el país quiere tener el manejo de la estrategia de la energía, como lo tienen el resto de los países del mundo”, definió. El directivo destacó, a su vez, que la nueva empresa servirá para ampliar la capacidad productiva en materia energética, justo cuando se da una importante recuperación de la economía.
Según la ley, el Estado retendrá el 65 por ciento de la empresa (incluye un 12 por ciento para las provincias), mientras que el restante 35 por ciento tendrá oferta pública en la Bolsa y esos accionistas no tendrán derecho a voto. En caso de que haya un aumento de capital, los privados mantendrán el techo de 35 por ciento.
Corsiglia explicó que, en el caso de que alguna provincia desee vender su participación, existen dos posibilidades: que la adquiera el Estado nacional o que esa porción se prorratee entre los demás distritos del interior. Cada provincia tiene asignado, en principio, el derecho a poseer el 0,5 por ciento de Enarsa.