ECONOMíA
› LAS POTENCIAS OCCIDENTALES BUSCAN TRANQUILIZAR A LOS MERCADOS
Si sube el crudo, que no cunda el pánico
› Por Raúl Dellatorre
En un mercado convulsionado, en el que aún Argentina busca su lugar en el mundo, los especialistas energéticos de las principales potencias tratarán de transmitir tranquilidad a los mercados hoy, cuando se dé a conocer el informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) con las proyecciones mundiales para las próximas dos décadas y media. Los técnicos de la OCDE no creen que el precio internacional del petróleo siga creciendo más allá del año próximo. Incluso, estiman que en el mediano y largo plazo el valor del barril tenderá a estabilizarse por debajo de los 30 dólares, con un descenso de más del 40 por ciento respecto de los precios corrientes. De todos modos, demandarán a sus países miembro un esfuerzo por desarrollar una acción vigorosa para bajar el consumo en los próximos años. El precio del crudo sigue siendo una amenaza latente para la economía de mercado, aunque los países dominantes en ella sigan haciendo esfuerzos por minimizarlo.
Las recomendaciones de los máximos representantes de las economías de mercado para que los gobiernos adopten políticas activas en el sector energético contrasta con las demandas de liberalización de mercados que se formulan al resto de los países, como Argentina. El interés por las proyecciones del informe de la AIE, organismo alineado con los 30 países miembro de la OCDE, se amplifican este año a raíz de los valores record del crudo que se suceden sin solución de continuidad ni pico previsible, poniendo en jaque a las potencias consumidoras. El informe intentará demostrar que en el mediano y largo plazo no hay riesgo de explosión en los precios, dado el relativo equilibrio que se prevé entre la oferta y la demanda. Es una forma de eludir la responsabilidad por no poder explicar el crecimiento geométrico de los precios en los últimos meses.
Pese a su poderío, los países de la OCDE no han podido incidir para estabilizar los precios en el mercado internacional del crudo. La actitud de los países consumidores frente al salto de los precios fue acumular stocks, en prevención de nuevos aumentos, lo que terminó realimentando la tendencia a la suba. A su vez, China, un enorme consumidor a nivel global, también se cubrió de un eventual desabastecimiento futuro aumentando sus compras en un 25 por ciento por sobre el año pasado en el segundo trimestre del año. Dicha tasa de crecimiento se morigeró en los meses siguientes (12 por ciento en julio y 6 en agosto), aunque mantuvo la presión alcista sobre el mercado.
De acuerdo con el comportamiento futuro de la demanda de las grandes potencias industriales, el consumo mundial de petróleo podría disminuir en los próximos veinticinco años (10 al 15 por ciento) o aumentar sensiblemente (hasta un 60 por ciento), según las proyecciones que daría a conocer hoy la AIE. Dicha evolución dependerá también del valor del crudo en el mercado, que no se prevé que se mantenga en el mediano plazo ni siquiera próximo a los niveles actuales.
De todos modos, según los análisis recientes de la AIE y las proyecciones que arrojaría su nuevo informe, el gas natural tendría un rol más protagónico en el uso de energía. En ese marco, Rusia seguiría ocupando un lugar central en el negocio, donde ya ocupa el primer lugar como productor y podría instalarse también como primer exportador en un cuarto de siglo. El gigante ruso está en condiciones de consolidarse como el gran abastecedor de gas a toda Europa y al resto de Asia. Posee en su subsuelo la cuarta parte de las reservas mundiales, equivalente a más de 80 años de producción, al nivel actual. De hecho, la producción de petróleo y gas ya representan el 25 por ciento del producto bruto interno ruso.
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