ECONOMíA
› NACE UN GRUPO EMPRESARIO DE FIRMAS EUROPEAS
Al compás de las oportunidades
› Por Cledis Candelaresi
Sus máximos responsables aseguran que no es una entidad de lobby para la defensa de intereses sectoriales, pero difícilmente el Grupo Unión Europea, recién creado pueda excluir de su agenda cuestiones comunes a la mayoría de inversores de ese origen, como las millonarias demandas presentadas ante el Ciadi, los efectos del default o las dificultades para cerrar un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y los europeos. Víctor Klima, presidente de Volkswagen Argentina y titular de la flamante entidad, junto con el responsable de la delegación europea, Angelos Pagkratis, intentaron explicar que el objetivo es casi inverso: alentar el creciente interés privado en el país. Una presunta prueba de ello es que Swissair, entre otras empresas que abandonaron el mercado local, está pensando en volver.
“Yo no necesito esta función para tener un diálogo directo con los ministros (Julio) De Vido o (Roberto) Lavagna”, sentenció ayer Klima ante la prensa, sugiriendo que ya dispone de esa chance como presidente de la automotriz alemana. “No tiene que ver con un interés de coyuntura sino con el tratamiento de cuestiones de largo plazo”, lo secundó Pagkratis, reforzando la idea de que el Grupo oficiará como un eventual promotor de la Argentina en el viejo continente, más que como un defensor de los intereses particulares de aquellas empresas aquí.
“¿No será difícil promocionar a un país cuando, al mismo tiempo, se han presentado demandas por millones de dólares ante el Ciadi (tribunal arbitral del Banco Mundial al que acudieron los accionistas de empresas privatizadas)?”, preguntó un corresponsal de Alemania. “La Argentina es políticamente importante para el desarrollo del Mercosur”, fue la elíptica, pero sincera respuesta de Klima.
Los europeos se presentan como los aliados ineludibles de esta región del mundo. Fundando esto, ayer subrayaban que el 18 por ciento del comercio internacional argentino se concretó con la Unión Europea y que la mayor parte de las inversiones foráneas y de las comprometidas en el corto y mediano plazo, son de ese origen. Esto es tan cierto como que, desde el punto de vista político institucional, la UE quiere aprovechar el espacio que de algún modo, deja vacante Estados Unidos. La administración de George W. Bush marginó a Latinoamérica en su política exterior y su iniciativa comercial, el ALCA, está virtualmente paralizada (ver recuadro).
Después del colapso del 2001, la Argentina se vuelve a ver como una oportunidad de negocios y por esto firmas como las petroleras Repsol y Total, el laboratorio Aventis o las automotrices Peugeot y Volkswagen se decidieron a volver a invertir, aunque sean montos no demasiado riesgosos considerando su envergadura.
Para la terminal alemana sería muy útil que pudiera celebrarse el acuerdo Unión Europea-Mercosur, por ejemplo. Este trabado pacto habilitaría la exportación de autos fabricados en la Argentina sin arancel y la fábrica capitaneada por Klima podría aprovechar la ventaja competitiva que le dan los bajos costos locales. Del mismo modo que para Telefónica, Endesa o Suez, sólo por citar algunas, sería clave influir en la versión definitiva del marco regulatorio de los servicios públicos privatizados que analiza el Congreso.
El Grupo será formalmente presentado en sociedad el martes.