El acuerdo con dos empresas chinas para construir 300.000 viviendas en los próximos cinco años se encuentra en un estado “muy preliminar”. Así lo admitió ayer el ministro Julio De Vido, quien precisó que por ahora “sólo hay actas de intención” que muestran la voluntad de las partes para avanzar con las obras. “El número de viviendas a construir está puesto en un marco absolutamente referencial”, agregó el funcionario. Los anuncios de acuerdos de negocios con China dejaron muchos aspectos en blanco. Hasta el momento no estaba claro si era porque no se había anunciado la letra chica o porque todavía hay que escribirla. De Vido confirmó esto último. Aún no se sabe dónde se levantarán las casas ni ningún otro aspecto del proyecto. Lo único que confirmó el ministro fue que “las obras serán concursadas” para seleccionar a las empresas constructoras. Por otra parte, desmintió categóricamente que el 40 por ciento de la mano de obra necesaria para realizar las construcciones vaya a venir del país asiático. Y defendió la estimación de un costo de 20.000 dólares por vivienda en razón de que “no sólo se trata de edificar las casas, sino también de construir la infraestructura alrededor” de agua, cloacas y caminos.