Los bancos reabrirán hoy sus puertas, aunque con actividad restringida. No habrá clearing, por lo cual los cheques que se depositen se compensarán a partir del próximo lunes, ni se permitirán pagos de servicios públicos o de créditos. La decisión de realizar un feriado parcial se tomó para evitar que los oficiales de Justicia se lleven el dinero de los amparos judiciales por el corralito. Por ese motivo, los tesoros de las entidades financieras permanecerán cerrados. Quedaron exceptuados del feriado los pagos a jubilados, pensionados y por los planes sociales, las transferencias entre cuentas y la liquidación de operaciones con tarjetas de crédito o de débito. La atención se extenderá entre el mediodía y las cinco de la tarde, mientras seguirá el feriado cambiario.
Los bancos dejaron de operar el viernes pasado. En principio, el Banco Central había resuelto que el feriado debía terminar ayer. Pero como en el medio se cayó el proyecto del Plan Bonex y la Ley Antigoteo aún no se promulgó, el BC impidió que hoy se puedan realizar transacciones en efectivo o con cheques. Pero con el objetivo de no trabar aún más la actividad comercial, la autoridad monetaria permitió que se acrediten los pagos con plásticos. Lo mismo ocurrirá con la transferencia entre cuentas, incluso cuando éstas sean de distintos bancos.
Durante el día de ayer, los banqueros pidieron que el feriado fuera total. Argumentaron que, con el Ministerio de Economía vacante, lo más prolijo sería extender el feriado. En el Central aceptaron que no se hagan transacciones en efectivo para evitar abrir los tesoros. Pero, en medio de un clima de incertidumbre política y económica, postergaron el feriado cambiario.
Respecto del dólar (los arbolitos cotizaban ayer el verde a 3,40), todavía no hay certezas sobre la decisión que tomará el Gobierno. Durante la mañana, la posibilidad de un dólar fijo pareció perder posiciones. Fue cuando el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, dejó entrever que la estabilidad cambiaria podría lograrse con flotación cambiaria. Sin embargo, por la tarde, fuentes de la Casa Rosada admitían la alternativa de establecer un tipo de cambio fijo durante tres meses para luego ir nuevamente hacia un esquema de flotación.
En la city ya tomaron posición al respecto. Fieles a la ortodoxia económica, los banqueros quieren que el peso flote frente al dólar. El argumento es que la experiencia determina que un tipo de cambio fijo termina mal. Y recuerdan el fracaso del Plan Austral. “En forma simultánea al establecimiento de un dólar oficial aparece un mercado paralelo, con una paridad más alta. En poco tiempo el paralelo se traslada a los demás precios de la economía, mientras que el BC vende dólares de sus reservas para impedir la disparada. Pero un día las reservas se agotan y el dólar vuela. La historia ya la vimos en 1989”, explicó un financista a este diario.
Mario Blejer, titular del Central, le planteó esta misma situación a Eduardo Duhalde cuando ayer se encontraron en Olivos. En el punteo que le planteó al jefe de Estado, Blejer le dijo que un tipo de cambio fijo desembocaría en una dolarización. Cerca de Blejer, no obstante, admiten que el funcionario permanecería en su cargo si se opta por un dólar fijo transitorio pero al mismo tiempo el Gobierno cumple con los 14 puntos rubricados con los mandatarios del interior y que, en líneas generales, prometen cumplir con las exigencias del FMI.