El canciller argentino, Rafael Bielsa, admitió este lunes que el Gobierno negocia “a cara de perro y con los dientes apretados” la integración comercial con Brasil en el Mercosur. Esta admisión describe el clima con el que los negociadores argentinos viajaron ayer a Belo Horizonte para comenzar el miércoles, la primera jornada de la cumbre presidencial del bloque, a la que también asistirán los mandatarios de miembros asociados y de los países que aspiran serlo.
“La gente debería estar preocupada si no discutiéramos a cara de perro y con los dientes apretados intereses que tienen que ver con que se pueda invertir en la Argentina y consecuentemente, crear trabajo, con la importancia que ello tiene”, dijo el ministro argentino en declaraciones radiales. El funcionario aludió de ese modo a la expresa intención argentina de aplicar salvaguardas sobre las importaciones brasileñas, algo que transgrede las previsiones del Tratado de Asunción.
Este tema será ineludible en la inminente cumbre, que comenzará en Belo Horizonte y terminará en Ouro Preto. La agenda del encuentro contempla el análisis de los temas institucionales como la creación del Parlamento del Mercosur y otras cuestiones relacionadas. Pero la intención argentina es abrir el debate acerca de la posibilidad de revisar los términos económicos del Mercosur, algo que se intentó discutir sin éxito, el viernes en Buenos Aires.
La delegación brasileña que llegó al país no mostró mucha disposición a admitir la aplicación de cupos, cuotas o aranceles sobre sus exportaciones a la Argentina, tal como pretende hacer Economía. Esta idea fue formalmente planteada a Brasil por el ministro Roberto Lavagna en septiembre, sin que hasta el momento, hubiera una respuesta en términos igualmente formales. Sin embargo, los funcionarios brasileños ya hicieron notar que no están de acuerdo con admitir restricciones a sus ventas. Un tema que el propio ministro de Economía tendrá oportunidad de discutir en la cumbre.