Vie 21.01.2005

ECONOMíA

El crecimiento económico de 2004 está cerquita del 9 por ciento

El adelanto del Indec, con datos a noviembre, señala un crecimiento de la actividad económica del 8,7 por ciento con respecto al año anterior. La industria fue el principal impulsor. Buen desempeño de las inversiones y la producción de servicios.

El EMAE, Estimador Mensual de la Actividad Económica , que sirve de indicador de la evolución del Producto Bruto Interno Bruto (PBI), registró en noviembre un crecimiento del 0,6 por ciento. El acumulado de los primeros 11 meses del año respecto al de igual período del año anterior fue del 8,7 por ciento, adelantando que el Producto habría vuelto a crecer en 2004 cómodamente por encima del 8 por ciento. La actividad continuó impulsada por los sectores productores de bienes. La locomotora fue la industria, que creció el 10,7 por ciento en el año. Sin embargo, impulsados por el comercio y el transporte, los sectores productores de servicios también registraron una mayor dinámica. El comportamiento del sector agropecuario fue dispar, con una menor cosecha en el agro y aumentos en la faena de carne y la producción láctea. Un dato destacable fue el constante aumento de la inversión. La estimación es que en 2004 habría vuelto a ubicarse en torno del 20 por ciento del PBI, muy cerca de los niveles máximos alcanzados en 1998.
A pesar de la fuerte recuperación por segundo año consecutivo, la economía todavía no llegó a los niveles de producción anteriores a la recesión, que terminó en la crisis de 2001-2002. Recién a mediados de 2004 el EMAE pudo alcanzar los mismos niveles que a principios de 2001. Las proyecciones para 2005 son alentadoras: el arrastre estadístico, junto al nivel de inversión pública y privada previsto, permiten prever un crecimiento del PBI superior el 6 por ciento.
Entre los factores que explicaron el crecimiento durante el segundo semestre del año pasado se destacan, por un lado, los aumentos del gasto por los mayores pagos, desde mediados de año, de jubilaciones, salarios públicos y asignaciones familiares. Este gasto se caracteriza por retroalimentar el consumo. Un dato adicional fue, sobre fin de año, el diferimiento de algunos impuestos, como las retenciones y anticipos de ganancias que dejaron más recursos en manos del sector privado. En conjunto, el consumo privado habría crecido por encima de la evolución del PBI: el 9 por ciento.
Otro factor que explicó la mejora de la actividad y que augura su continuidad fue la inversión. De acuerdo con distintas consultoras privadas, en 2004 la Inversión Bruta Fija habría registrado un aumento de más del 30 por ciento impulsada principalmente por la incorporación de Bienes de Capital, de los que durante el año se habrían demandado un 55 por ciento más que en 2003. En segundo término, influyó el gasto público en infraestructura, principalmente vial, y en menor medida en construcción de viviendas en el marco del Plan Federal para realizar 120 mil unidades.
Un dato destacado en el último Informe de Inflación elaborado por el Banco Central, correspondiente al primer trimestre de 2005, fue que la inversión provino casi exclusivamente del ahorro interno. Incluso el renglón que en el Balance de Pagos aparece como Inversión Extranjera Directa (IED) alude en realidad a la reinversión de utilidades de empresas que operan en el mercado local, pero que son propiedad de extranjeros. Aunque el grueso de las inversiones siguieron siendo financiadas con capital propio de las empresas, el Banco Central rescató una lenta normalización del “uso de mecanismos formales”, es decir, los del sistema financiero y el mercado de capitales.
Por el lado de la oferta, se destaca no sólo el fuerte impulso de la industria, de la que esta semana se conoció un crecimiento del 10,7 por ciento durante el año, de la mano de las Manufacturas de Origen Agropecuario, los automotores y la construcción, sino también el mejor desempeño de los servicios, en especial el comercio minorista y mayorista, y el transporte. De todas maneras, el crecimiento estuvo por debajo del promedio del PBI.
Por último, el sector agropecuario mostró un comportamiento dispar. El agro, por cuestiones climáticas, tuvo una cosecha inferior a la de 2003. Los buenos resultados vinieron por el lado de la producción pecuaria. El aumento de la demanda interna y la reapertura de mercados internacionales se tradujo en un aumento del 15 por ciento en la faena de carne, mientras que la producción láctea llegó a niveles próximos a los máximos de 1999.

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