Mientras los pronósticos de los analistas internacionales anticipan una baja en el precio del petróleo para la semana entrante, el Ministerio de Planificación Federal apura las medidas de prevención contra la posible insuficiencia energética que podría producirse a partir de abril. Este invierno, anticipan, volverá a implementarse el régimen de premios y castigos para los usuarios de electricidad y gas, buscando alentar el uso racional y consecuente ahorro de esos recursos.
Fuentes cercanas al secretario del área, Daniel Cameron, anticiparon que, tal cual sucedió un año atrás, se trabaja en varios frentes simultáneos a fin de contrarrestar la posible escasez de gas en las zonas de mayor demanda estacional, la menor generación hidroeléctrica debido a la escasez de lluvias y la necesidad de combustibles diesel (gasoil y fuel oil) para las centrales térmicas durante el invierno, cuando deban abandonar el uso del gas natural.
En Energía estiman que las medidas tendientes a incrementar la extracción de gas natural y para ampliar la capacidad de transporte serán insuficientes para atender la demanda invernal. Las obras encaradas en los gasoductos operados por TGS y TGN no estarán operables en un 100 por ciento en invierno, por lo cual tampoco será posible el aprovechamiento pleno de la mayor oferta proveniente de Bolivia y del recorte de las exportaciones a Chile.
La escasez de lluvias está afectando, igual que el año pasado, el caudal de los ríos y la altura del agua en los embalses que alimentan a las centrales instaladas en las zonas del Comahue (Patagonia) y del litoral Paraná-Uruguay (Mesopotamia). Adicionalmente, tanto Brasil como Uruguay están sufriendo restricciones similares, por lo que no se podrá contar este año con oferta eléctrica desde esos dos países vecinos.
En cuanto a las centrales térmicas, Energía ya definió que a partir de abril las usinas no podrán utilizar gas natural como combustible, que deberán reemplazar por fuel. La diferencia de costo corre por cuenta de Cammesa, que además administra la importación del fluido para el abastecimiento de las centrales. El aprovisionamiento por parte de la petrolera venezolana Pdvsa está garantizado a través de un convenio gobierno a gobierno, en condiciones de pago similares a las del año pasado. Sin embargo, ese año surgieron problemas por la demora que debieron sufrir en puerto los buques venezolanos para poder descargar, lo que originó un reclamo de la petrolera por diferencia de costos a Cammesa que recién se resolvió en las últimas semanas.
En forma paralela al acuerdo con Pdvsa, Cammesa llamó a licitación para la compra de fuel oil y de capacidad de almacenamiento del combustible, previniendo probables problemas de logística. Aún están pendientes de definición los criterios con los que se aplicaría este año el esquema de premios y castigos para usuarios de gas y electricidad, apuntando a una reducción del consumo.
En cuanto al precio del petróleo, esta semana las cotizaciones internacionales tendrían un circunstancial alivio. Los analistas del mercado mundial, citados ayer por la agencia Bloomberg, anticipan en una alta proporción un descenso para la próxima semana, al contemplar que el incremento previsto en la producción de los países de la OPEP permitirá recomponer reservas de crudo en Estados Unidos. De ser así, los precios podrían ubicarse uno o dos escalones por debajo de los alcanzados en las últimas dos semanas, marcando nuevos records históricos a precios corrientes. Si bien no son pocos los que estiman que los actuales valores “están inflados”, muy pocos arriesgan que la tendencia descendente se consolide en el tiempo.
En el mercado local de combustibles líquidos, si bien la situación de precios aparece aparentemente controlada, se sigue con atención estas variaciones, ya que la suba en los mercados mundiales puede impactar sobre el precio del gasoil y el fuel oil que deba importarse en los próximos tres meses.