ECONOMíA
Qué sería de los precios si no fuera por Redrado, sugirió Martín Redrado
El titular del Banco Central se autocalificó como el responsable de haber detenido la tendencia alcista del primer trimestre, al aplicar una política contractiva a tiempo. No todos opinan lo mismo.
› Por Claudio Zlotnik
Martín Redrado aprovechó el festejo por el 70º aniversario del Banco Central para un autoelogio. Dijo que, si no hubiera sido por la política monetaria que él mismo implementó desde principios de año, la inflación habría mantenido la tendencia alcista del primer trimestre. El presidente del BCRA aseguró que los cambios introducidos, de neto corte ortodoxo, fueron los que permitieron desacelerar el ritmo inflacionario. Cuando sólo queda la jornada del hoy para cerrar el mes, estimó que “en lo que va de mayo” los precios minoristas subieron 0,5 por ciento. Redrado también pronosticó que las reservas superarán los 24.000 millones de dólares hacia fin de año.
El banquero central disertó en las Jornadas Monetarias y Bancarias que anualmente organiza la autoridad monetaria, y que finalizarán esta noche. Esta vez, el temario se circunscribió a evaluar la dinámica entre “Política monetaria y crecimiento económico”. La fecha de las Jornadas coincidió con el aniversario del Central, que fue creado en 1935 por el economista Raúl Prebisch. Por este motivo, al seminario concurrieron varios banqueros centrales de América latina, Europa y Asia. También estuvo el ex subsecretario del Tesoro estadounidense, John Taylor (ver nota aparte).
Redrado habló dos veces durante la sesión inaugural. Una vez en la apertura, cuando mencionó que entre las políticas prioritarias del Central figura la acumulación de reservas. Fue en ese momento que calculó que hacia fin de año quebrarán la barrera de los 24.000 millones de dólares. Esa estimación supone que en los próximos siete meses, el Central comprará nada menos que 2000 millones de dólares.
El segundo discurso del jefe del BCRA fue el que cerró la jornada y en el que ofreció distintas definiciones sobre la estrategia de la autoridad monetaria. El párrafo más destacado fue cuando analizó la evolución de los precios y se atribuyó la desaceleración de la inflación después de un primer trimestre calentito. El rebrote inflacionario había generado chispazos en el Gobierno. En su momento, desde la Casa Rosada habían dejado trascender malestar con el ministro Lavagna por ese repunte de los precios. Con las declaraciones de anoche, Redrado pareció tallar en esa interna. Entre enero y marzo, el IPC subió 4 por ciento. En abril, el escenario fue mejor: la inflación resultó del 0,5 por ciento, mientras que este mes existen grandes chances de que se repita esta última performance. Según Redrado, la buena noticia debe atribuírsela el Central, que cambió el sesgo de la política monetaria: en lugar de ser expansiva, como durante los años 2003 y 2004, este año se está dando una contracción monetaria que es acompañada por un aumento de las tasas de interés. Esta visión es cuestionada por los propios economistas ortodoxos que impulsan medidas de esa naturaleza para contener los precios: afirman que los efectos monetarios se notan, por lo menos, un año después de aplicarse y no a los pocos meses.
Redrado dio un puntilloso informe de la absorción de dinero en el mercado. En total se sacaron de circulación 8538 millones de pesos durante el primer cuatrimestre a través de distintos mecanismos, que sirvieron para esterilizar la emisión para comprar dólares en el mercado. Esta política, reconoció el funcionario, se llevó a cabo junto a un alza de las tasas de interés, que redundó en mayores ganancias para los bancos que compran los títulos de deuda emitidos por el Banco Central. Este encarecimiento del dinero, completó, “hará mella” en el circulante de dinero, lo que también ayudaría a quitarle presión a los precios. “Tomaremos todas las medidas que sean necesarias para anclar las expectativas inflacionarias”, prometió Redrado.
Sobre el tipo de cambio, repitió que el Central no tiene un objetivo nominal. Y que, con sus intervenciones, priorizaba la acumulación de reservas. “Creemos que es una medida prudencial, clave, ante cualquier shock externo”, comentó. Con respecto a la marcha de la economía, resaltó que si bien “sigue mostrando robustez”, la actividad crece a una tasa más moderada que el año pasado.
Antes que Redrado, su colega del Banco Central do Brasil, Henrique Meirelles, dio a entender, ante una platea que siguió sus comentarios con suma atención, que esa entidad dejará moverse libremente al tipo de cambio. El real se encuentra en su máximo en tres años frente al dólar, en 2,36, pero Meirelles aseguró que el compromiso “es mantener la libre flotación”. “No tenemos un objetivo de tipo de cambio. Buscamos consolidar nuestras reservas”, concluyó.