El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, no tolera pasar muchos días sin recordarle al Gobierno que debe llegar a un acuerdo con los acreedores que no entraron al canje de deuda. Ayer lo dijo desde Santiago de Chile, adonde participa de un seminario sobre finanzas: “El país dio un paso importante en la negociación con los acreedores y, aunque queda una parte por concretar, está en condiciones de avanzar hacia el futuro”. Rato, por otra parte, elogió la política económica brasileña.
El gobierno de Lula Da Silva comunicó ayer una noticia que explica el apoyo del Fondo: en abril alcanzó un superávit fiscal primario record de 16.335 millones de reales. En el primer cuatrimestre el excedente fue de 44.012 millones, equivalentes nada menos que a 7,3 puntos del PIB. La cifra es extremadamente alta (Argentina comprometió 3 puntos del PIB) e incluso mayor al 6,1 por ciento que Brasil consiguió en 2004, cuando todavía tenía vigente su acuerdo con el FMI.
Rato consideró “muy satisfactorio” el crecimiento de la economía brasileña y calificó como “favorables” las perspectivas del país. Si bien admitió que es “muy alto” el tamaño de su deuda, sostuvo que “no es menos cierto que en cuanto a plazos, condiciones e indexación o ligazón con otras monedas, se ha mejorado mucho la estructura por lo que se ha reducido la vulnerabilidad”.