ECONOMíA
Para el Banco Mundial, más vale apostar a lo que hay
Según sus analistas, el escenario más afín a la supervivencia de la entidad es aquel en el que EE.UU. mantenga plena hegemonía.
› Por Cledis Candelaresi
Antes de que sus fans de todo el mundo los consagraran como un icono musical del siglo XX, Decca Records rechazó a Los Beatles descreyendo en las posibilidades artísticas y comerciales del grupo. En 1968, una prestigiosa publicación norteamericana aseguraba que la industria automovilística del Japón nunca conseguiría una cuota del mercado de su país, hoy totalmente seducido por los coches nipones. Anticiparse al futuro con un buen diagnóstico es clave para el éxito de cualquier empresa y, a veces, vital para sobrevivir. A sabiendas de esto, el Banco Mundial comenzó a trabajar en los escenarios futuros de la economía, ejercicio que le permitió encontrar el más afín a su supervivencia: aquel en el que se consolidan tanto la actual hegemonía de los Estados Unidos como la inequidad que condena a millones a la pobreza.
Enrique Rueda Sabater es el economista de la entidad encargado de comandar el equipo de futurólogos a los que se les encomendó definir cuál será el cuadro de situación más factible para el 2020. Sobre esa base, el organismo multilateral podría tomar algunas decisiones estratégicas previendo, in extremis, si tendrá cabida en el mundo futuro y, de tenerla, si podrá seguir operando en las condiciones actuales. Entre ellas, bajo el nítido dominio del G-7, núcleo de los países más ricos del mundo.
En el diseño de esos mapas socioeconómicos, los anticipadores bancomundialistas incluyeron algunos supuestos, comenzando por la idea de que la globalización no es un proceso irreversible. Por el contrario, toman como un hecho cierto el presunto dinamismo económico de los países del hemisferio Sur, Argentina entre ellos. ¿En qué se funda este alentador pronóstico para esta región? Simplemente, en el método de extrapolar las tasas de crecimiento actuales del PBI tres lustros hacia adelante.
Desde el punto el punto de vista demográfico, el mundo rico seguirá envejeciendo con una consecuencia ineludible: su población tendrá un perfil más conservador y menos propenso a comprometerse en causas que trasciendan la defensa de sus propios intereses. La población de Asia y Africa crece con un vigor muy superior al de China, cuyo estatus de futura potencia está en seria duda. Rasgos comunes de los tres escenarios más probables, según el trabajo comandado por Sabater:
- Affluence Ltd. o Escenario 1. La economía mundial crece de un modo rápido, pero desigual, generando gran prosperidad para los países ricos en un marco político internacional “estable”. Los países marginados de esa bonanza “no constituyen una amenaza” para un orden totalmente hegemonizado por la administración norteamericana y de “pleno respeto a los derechos de propiedad”. Se mantiene el dólar como moneda internacional y los flujos de inversión Norte-Sur, y el inglés sigue siendo el idioma para transmitir la cultura. Un cuadro que, según sus autores, presupone una situación de inequidad muy grande con privilegiados y condenados. En rigor, una especie de statu quo prolonga el actual estado de cosas.
- Path to Prosperity o Escenario 2. El boom económico está afuera de los países industrializados, en parte porque la innovación tecnológica corresponde a empresas radicadas en naciones sureñas. El G-7 pierde su dominio político, disputado “transitoriamente” por otras entidades como el G-20 –núcleo que integró desde Argentina y Brasil a China e India para oponerse a las barreras agrícolas que Europa y EE.UU. defienden en la OMC–. Se refuerzan los regionalismos comerciales y las marcas trasnacionales pierden peso relativo frente a las locales. El flujo de inversiones es Sur-Sur y las multinacionales protagónicas son otras como la india Wipro o Haier. Pero lo que en estas latitudes podría resultar un cuadro prometedor para los futurólogos del Banco tiene contras como la “fragmentación del poder político” internacional y la mayor presión sobre los recursos naturales, debido a la mayor demanda de las naciones pobres que crecerían con ímpetu.
- Globalization Unwinding o Escenario 3. El marco es un retroceso de la globalización o un parate en la actual movilidad del capital. El rasgo distintivo es que se detiene el crecimiento de los Estados Unidos, jaqueado por su déficit. El dólar, como consecuencia, pierde su estatus de moneda de referencia internacional, sin que surja otra sustituta. Tampoco hay un motor que reemplace al norteamericano, ya que China y Europa se repliegan. Para los técnicos del organismo multilateral, se trata de un “mundo fragmentado y no solidario” en el que resurgen las temidas barreras al comercio. Peor aún: se consolidan redes trasnacionales al margen de los estados, básicamente con fines non sanctos, como el terrorismo.
Los técnicos del Banco insisten en que se trata sólo de una simulación teórica y, por consiguiente, una construcción caprichosa que por ello excluye de un cuadro elementos, que bien podrían estar presente en los otros. Aun con estos límites, la técnica resultó útil para un hallazgo que difícilmente reconocerían en público pero que, prudentemente, admiten en privado: el mundo más amigable para la entidad que se dispone a comandar el ex secretario de Defensa de George Bush, Paul Wolfowitz, es el primero.
Aquel escenario en el que existe un orden económico favorable a los países ricos, con indiscutido dominio de los Estados Unidos, donde el papel de los organismos multilaterales de crédito se cuestiona desde la literatura pero sin riesgo de que otra institución con poder real horade el suyo. Los otros panoramas, donde trastabilla el liderazgo del Norte, resultan más inquietantes a un banco que asegura prestar cada vez más dinero para infraestructura y combate de la pobreza y menos para costear dramáticos planes de ajustes en naciones pobres.