ECONOMíA
› EL CREDITO BANCARIO ES CASI EXCLUSIVO PARA RICOS
Mayorías con destino de cueva
Los propios banqueros admitieron ayer durante las Jornadas Monetarias en el Banco Central que el crédito de los bancos se ha concentrado en el 5 por ciento de la población más pudiente.
› Por Claudio Zlotnik
Pedir un crédito en un banco puede ser una tarea imposible si usted, lector, no pertenece al sector más acomodado de la sociedad. Las entidades financieras están haciendo su negocio prestándoles a los más pudientes, que representan apenas el 5 por ciento de la sociedad. Sólo una pequeña porción de la población de ingresos medios corre con la misma suerte. El resto de la población que necesita algún tipo de financiamiento está obligado a recurrir a las cuevas o a las financieras, que cobran tasas exorbitantes. De hecho, uno de cada tres pesos de los préstamos destinados al consumo se otorga por afuera del sistema financiero formal.
Las características sobre el mercado crediticio fueron divulgados por los propios banqueros que ayer participaron de las Jornadas Monetarias y Bancarias organizadas por el Banco Central. Estuvieron Mario Vicens (ABA), Carlos Heller (Abappra), Guillermo Cerviño (Adeba) y Gregorio Goity (ABE, banca especializada). Esas son las cuatro entidades que agrupan a los bancos. Goity fue quien reveló el dato sobre la concentración de los créditos, en base a una investigación de la consultora Accenture.
En su exposición, Heller dio otra precisión sobre el mismo tema, aunque puso como ejemplo lo que sucede en el mundo empresario. Dijo que el 16 por ciento de las empresas endeudadas concentran el 84 por ciento del crédito bancario. Ese pequeño grupo (3340 sobre 85.000 compañías) debe 29.192 millones de pesos. “Esta realidad habla de la fuerte concentración que existe en la economía”, concluyó Heller.
Goity, representante de los bancos privados más pequeños del sistema, hizo un análisis de la situación. Señaló que las cuevas o las financieras llegan adonde no lo hacen los bancos: la gente que trabaja en negro y no cuenta con recibos de sueldo. También ejemplificó con lo que sucede en las localidades del interior del país, donde los prestamistas barriales tienen información sobre el trabajo de los vecinos y, haciendo un análisis de riesgo crediticio casero, ofrece los servicios de los capitalistas.
También es cierto que en los centros urbanos más populosos fueron los propios bancos los que profesionalizaron el negocio con la población económicamente más rezagada y abrieron sus propias financieras. Las tasas que cobran son hasta cinco o seis veces más caras que en los bancos, dado que, justifican los financistas, existe un mayor riesgo crediticio.
El otro gran canal por donde pasa el crédito al consumo son las cadenas de venta de electrodomésticos. En sus sucursales ofrecen financiamiento a sus clientes gracias a que se fondean en el mercado de capitales armando fideicomisos financieros.
No es que los bancos tengan poca liquidez. Los panelistas coincidieron en que, pese a la recuperación del último año, el stock de crédito se encuentra en los peores niveles de la historia: de un 9 por ciento del Producto, contra el 23 por ciento que alcanzó seis años atrás. Muy lejos del 28 por ciento del promedio en América Latina y del 84 por ciento en los países desarrollados. Cerviño, en representación de los bancos de capital nacional, aseguró que para aumentar el volumen de créditos, a las entidades financieras les alcanza con la actual capitalización, que supera las exigencias mínimas impuestas por el Central.
Heller propuso aumentar el negocio bancario yendo a buscar a las pymes. De hecho, los bancos públicos y cooperativos, a los que el banquero representa son los que tienen mayor exposición a las pequeñas empresas, el 23,7 por ciento del total de préstamos. En coincidencia con Goity, señaló que la clave son las economías regionales. Allí están las empresas e individuos que pagan caro en el sistema informal. “Ese es el desafío”, apuntó Goity.
Entre enero y abril, los bancos registraron ganancias por 100 millones de pesos. Buena parte de esa utilidad se explica por los títulos públicos que poseen en su cartera y que ajustan con la inflación. Los banqueros aseguran que quieren ampliar el mercado. Por ahora, no se ponen de acuerdo cómo.
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