El barril de petróleo de Texas cerró la última sesión de la semana con un precio record de 59,84 dólares, al persistir la inquietud en torno a una posible escasez de oferta frente al fuerte ritmo de demanda en Estados Unidos. Al finalizar la sesión en el mercado de materias primas de Nueva York, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para agosto sumaba 0,42 dólares al precio anterior, en una jornada que se caracterizó por una notable volatilidad. El precio de este tipo de crudo, el de referencia en Estados Unidos, tocó máximos en cuatro de las cinco sesiones de esta semana y los contratos con entrega prevista entre septiembre y enero próximo cerraron por encima de 60 dólares el barril, un nivel record que presumiblemente seguirá quebrando en un mercado agitado por la especulación. El crudo Brent, de referencia en Europa, registró también un nuevo record en el mercado de futuros de Londres al cerrar en 58,36 dólares el barril, ganando 40 centavos respecto de la jornada anterior.
En lo que va del año, el precio del crudo aumentó casi 40 por ciento. La carrera alcista en la que ha ingresado la cotización parece así no tener fin: de nada sirvieron las cifras sobre las reservas energéticas en Estados Unidos o las declaraciones presuntamente tranquilizadoras de la OPEP la semana pasada. La mirada de los inversores está en los próximos meses, y sus previsiones no son alentadoras.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que controla el 40 por ciento de la oferta, decidió la semana pasada –por quinta vez en un año– aumentar el tope de su producción oficial, de 28 millones de barriles diarios (mbd), y dejó abierta la puerta a un segundo incremento a fin de año, si los precios siguen subiendo. Pero los operadores estiman que hay poco margen para que los miembros de la OPEP aumenten su producción, y temen que se produzcan problemas de aprovisionamiento cuando comience el invierno en el hemisferio norte, época en la que la demanda alcanza su pico anual. Según las previsiones, la demanda mundial debería aumentar en casi 4 millones de barriles diarios de aquí al cuarto trimestre, lo que significa que estará unos 2 millones por encima de su nivel en la misma época de 2004.
Un dato que sumó preocupación al mercado fue el anuncio hecho ayer en China, revelando que el gigante asiático comenzará este año a dotarse de reservas estratégicas de petróleo para garantizar su aprovisionamiento. China proyecta incorporar reservas que podrían llegar hasta 100 millones de barriles, el equivalente a un mes de consumo, y aumentarlas a 500 millones en diez años. Sólo en 2004, las importaciones chinas de petróleo aumentaron 34,8 por ciento en relación con el año anterior, convirtiéndose en el segundo importador mundial.
La demanda estadounidense también parece lejos de detenerse, pese a la disparada de los precios: el consumo de gasolina aumentó en torno al 2,5 por ciento y el de productos destilados (diésel, querosén, combustible de calefacción), 6,9 por ciento en los primeros meses de este año.