ECONOMíA
Lavagna tendrá que defender ante el FMI su plan para el corralito
El ministro de Economía vuela de Bruselas a Washington, donde mañana se reunirá con la cúpula del Fondo. Anne Krueger presionará al Gobierno para que vuelva el Plan Bonex. El peligro de inflar las expectativas en medio de las negociaciones.
Hoy por la tarde, el ministro de Economía Roberto Lavagna viajará desde Bruselas a Washington, donde mañana se encontrará cara a cara con la cúpula del Fondo Monetario. Como él mismo lo admitió, al ministro no lo entusiasmaba la idea de viajar a Washington, consciente del peligro que entraña inflar las expectativas en medio de una negociación aún abierta y sin un acuerdo palpable a la vista. Para colmo, la reunión tendrá lugar cuando está en su punto más álgido la guerra que libra Economía con los bancos sobre qué camino seguir para salir del corralito. Sin embargo, la número dos del FMI, Anne Krueger, presionó para entrevistarse con Lavagna. El ministro sabe que la funcionaria aprovechará el encuentro para defender la posición de los bancos de aplicar un Plan Bonex compulsivo para los depósitos reprogramados.
Con todo, ayer, desde el Banco Central buscaron bajar los decibeles de la disputa con Economía y transmitieron el mensaje de que Mario Blejer no se alinea automáticamente con los bancos: no está a favor de un bono totalmente compulsivo, pero advierte sobre el peligro de que los plazos fijos puedan utilizarse para comprar propiedades y autos. Blejer piensa que, de seguir traspasándose dinero desde el corralón de depósitos reprogramados a las cuentas a la vista, la hiperinflación estaría a la vuelta de la esquina.
El otro frente abierto para el ministro proviene de la ofensiva verbal de los economistas mimados del establishment financiero, que ayer volvieron a lanzar munición gruesa contra la orientación de la política económica. El ex ministro Ricardo López Murphy aseguró que, “desde que asumió, el gobierno de Duhalde ha implementado un programa catastrófico”. Y recomendó “buscar un esquema de política económica que sea previsible y que genere reglas de juego confiables”.
En la misma línea (ideológica), el economista jefe del ABN Amro Bank, Arturo Porzecanski, afirmó que desde el exterior se advierte que la Argentina “no ha hecho grandes reformas” tras la devaluación y aseguró que la situación de la economía “es peor de lo que estaba en diciembre”.
“Lo que queda claro es que cada día que pasa no sólo se licuan los ahorros sino también el poder adquisitivo. Es una situación de creciente desesperación”, afirmó el economista desde Nueva York. “Hoy en la Argentina están resolviendo los problemas que enfrentaba el país en enero. No se han hecho grandes reformas, y son las mismas papas calientes y los mismos platos rotos. No se construye una nueva realidad”, agregó.
En este contexto, Lavagna volará hoy por la tarde desde Bruselas a Washington. Ayer, en Bruselas, el ministro renunció formalmente a su cargo de embajador ante la Unión Europea, puesto que ocuparía en el futuro su predecesor en Economía Jorge Remes Lenicov.
En Economía tratan de desinflar las expectativas creadas alrededor del encuentro que mañana mantendrá Lavagna con Horst Koehler, director gerente del FMI, y la número dos del organismo, Anne Krueger. “Será una reunión protocolar”, afirman. “Yo no pensaba ir a Washington todavía porque quería terminar antes algunas de las cuestiones que internamente debemos hacer”, admitió públicamente este fin de semana el propio ministro.
El motivo de tanta cautela es que Lavagna sabe que volver de Washington sin un anuncio siempre implica un costo. Y eso es lo que sucedería en esta ocasión, ya que la propia Krueger afirmó la semana pasada que si el Gobierno cumple con todas los deberes –derogación de la Ley de Subversión Económica, ajuste en las provincias– recién hacia fines de junio podría llegar a firmar un acuerdo con el Fondo.
Más aún, Lavagna tendrá que soportar la presión de Krueger en el tema corralito. La semana pasada la funcionaria del FMI dijo públicamente que el Gobierno debería volver al Plan Bonex original de Remes Lenicov, como quieren los bancos. Sin embargo, el ministro, en por lo menos tres comunicaciones telefónicas con Krueger, trató de explicarle que esa propuesta era política y jurídicamente inviable. Habrá que ver si logra sostener su posición cuando se halle cara a cara con la cúpula del Fondo.
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