La producción de autos aumentó en septiembre un 16 por ciento respecto del mismo mes del año pasado y acumula un incremento del 25,8 por ciento en los primeros nueve meses de 2005, pese a que registró una merma del 0,8 por ciento contra agosto último, según informó ayer la Asociación de Fábricas de Automotores. Las cifras reflejan que las ventas a concesionarios aumentaron un 32,4 por ciento con respecto a septiembre de 2004, y alcanzaron así las 35.983 unidades, aunque retrocedieron un 9,4 por ciento en la comparación con el mes anterior.
La entidad que nuclea a las terminales radicadas en el país detalló que en lo que va del año se produjeron 230.609 vehículos, se exportaron 127.317 y se vendieron 305.063 en el mercado local. La ligera retracción entre el mes pasado y el anterior no desanima a las terminales: “Nosotros tenemos muy buenas perspectivas a nivel industrial. Casi la mitad de nuestra producción nacional se exporta, y con las previsiones que tenemos para 2006 esperamos duplicar esa cifra en dos años, para fines de 2007”, afirmó el director de Peugeot Argentina, Denis Saglier.
Por su parte, la japonesa Toyota inauguró ayer una línea de producción de su nueva pick-up deportiva, derivada de la Hilux, que se exportará a toda América latina, y para cuya instalación desembolsó 200 millones de dólares en los últimos dos años.
El ranking de ventas por modelo es encabezado cómodamente por el Volkswagen Gol (se vendieron 37.589 en lo que va del año), seguido por el Chevrolet Corsa (22.744), el Peugeot 206 (17.754), el Renault Clio (15.108) y el Fiat Palio (14.047). Detrás se ubicaron la Ford Ecosport (10.630), el Ford Fiesta (10.524), el Fiat Siena (7.836), el Fiat Uno (7.688) y el Suzuki Fun (7671).
Para contrarrestar la diferencia entre las ventas y la producción local–sólo un tercio de los autos vendidos en el país llevan el sello de “industria argentina”–, el Ministerio de Economía lanzó este año varios incentivos a las inversiones que realicen las multinacionales del sector. Así, la Secretaría de Industria habilitó un plan de reintegros para la sustitución incremental de importaciones de autopartes y armó un plan de pagos para reintegrar a las compañías las deudas acumuladas por el Plan Canje.