ECONOMíA
Redrado llevó el dólar a su máximo en seis meses
Las casas de cambio lo vendieron ayer a 2,94 pesos, con una activa participación del Banco Central. Busca que no caiga el tipo de cambio real. Las reservas pasaron los 26.000 millones.
› Por Claudio Zlotnik
El dólar alcanzó ayer su nivel más alto de los últimos seis meses. Cerró a 2,94 pesos para la venta en las casas de cambio, un valor que no alcanzaba desde el 1º de abril último. En algunos bancos, como el Galicia, terminó en 2,955 pesos. La decisión del Banco Central de impulsar el dólar estaría asentada sobre dos argumentos: dar una señal al mercado de que se defenderá el tipo de cambio real, en medio de la aceleración inflacionaria, y seguir juntando billetes verdes para afrontar los próximos vencimientos de deuda.
Las reservas superaron ayer los 26.000 millones de dólares: quedaron exactamente en 26.047 millones. Se encuentran a poco más de mil millones del record de reservas “líquidas” (en oro y divisas) del año 2000. El 19 de julio de ese año llegaron al máximo de 27.104 millones de dólares. Martín Redrado había pronosticado que este año finalizaría con un stock de reservas de 27.000 millones de dólares. Es muy probable que exceda esa meta –implicarían compras diarias por apenas 16 millones de dólares en los 59 días hábiles que quedan hasta fin de año–, aunque a ese monto habría que añadirle alrededor de 900 millones de dólares que deben girarse al Fondo Monetario por los compromisos de deuda que restan hasta entonces.
Desde comienzos de año, el Banco Central engordó sus reservas en 6401 millones, aun cuando buena parte de las divisas adquiridas en el mercado se destinaron a honrar importantes compromisos con los organismos internacionales.
Justamente, una de las especulaciones es que el Central haya acrecentado su ofensiva en el mercado de cambios para atesorar divisas en vista de los próximos vencimientos con el Fondo. Ayer absorbió 65,6 millones de dólares y en los últimos cinco días hábiles, el BCRA compró nada menos que 390 millones. La particularidad radica en que, a diferencia de otras veces, esa intervención no se da en medio de una importante oferta de billetes. Todo lo contrario. Al revés de lo que ocurrió en los últimos meses, en el mercado se evidencia una salida por parte de los inversores internacionales de los activos financieros.
En este contexto, los títulos públicos, que venían siendo la inversión estrella de la city, ayer registraron pérdidas de hasta 2,2 por ciento, como fueron los casos de los Discount y los Par en sus nominaciones en pesos y en dólares. En lo que va de la semana acumularon bajas de hasta el 6 por ciento. El riesgo país, que hace unos días alcanzó el mínimo del año (343 puntos), ayer finalizó en 399. Las acciones también ajustaron sus precios. El índice MerVal cayó 1,6 por ciento y también extendió la racha negativa.
El fuerte retroceso de bonos y acciones forma parte de un contexto internacional que está perjudicando a los activos financieros de los emergentes. Un proceso que está directamente relacionado con la posibilidad de que Estados Unidos acelere la tendencia alcista de las tasas de interés, por temor a un rebrote inflacionario.
Son malas noticias para Roberto Lavagna, que tiene previsto buscar fondos en el mercado para pagarle al FMI. Un par de semanas atrás había declarado desierta una licitación de Boden a diez años de plazo y la tendencia positiva del mercado financiero hacía prever que conseguiría tasas más accesibles. Ahora ese escenario quedó en duda. En este marco, no parece casual la ofensiva del Central por absorber dólares. De hecho, para tal fin ya utilizó alrededor de 1200 millones de pesos, justo lo que le sobró ante el sobrecumplimiento del programa monetario del trimestre pasado.
El Central aprovechó que hay menos presiones sobre la cotización del dólar y decidió subir la paridad. En la city interpretaron que es una señal de que el Gobierno no quiere dejar caer el tipo de cambio real en el actual contexto de mayor inflación. La percepción de los financistas es que ésa será la tendencia, aunque calculan que el camino no será directo. Apuestan a que el BCRA introducirá volatilidad al mercado para quitarle previsibilidad. Las apuestas, a grandes rasgos, aparecen coincidentes: el dólar terminaría este 2005 en una banda que va de 2,97 a 3 pesos.
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