“Afortunadamente, no hemos hecho todo lo que nos pidieron desde 2002”, le regaló Roberto Lavagna al FMI, para empezar a preparar el terreno para la negociación con el organismo. El ministro de Economía aprovechó una charla con la prensa internacional para dejar sentada la posición del Gobierno en dos temas controvertidos con repercusión fuera del país: la relación con el Fondo Monetario y la salida de Suez de la Argentina. Respecto del primero, ratificó la voluntad política de buscar un acuerdo pero sólo si se respeta la política económica oficial. Sobre los dueños de Aguas Argentinas dijo que ningún aumento de tarifas hubiera arreglado su situación, por lo abultado de su deuda.
El diario económico francés Les Echos publicó ayer un reportaje que le hizo a Lavagna antes del viaje del ministro a China. Entre sus principales definiciones se cuentan las relacionadas con Suez. Frente a las críticas de la prensa francesa por una supuesta falta de seguridad jurídica en el país, el jefe de Hacienda recordó que “el mismo día en que Suez declaró que se retiraba, el grupo estadounidense Intel anunció que iba a establecer en Argentina su tercer centro de investigación en el extranjero”.
La versión de Lavagna, en nombre del Gobierno, fue que los franceses hacían pedidos “imposibles”. “En materia económica hay que tener en cuenta dos elementos: la macroeconomía por un lado y las reglas de juego por otro. Nosotros debemos respetar las reglas del contrato salvo que, bien entendido, el contexto macroeconómico haga que su aplicación sea totalmente imposible, como en este caso”, explicó. Además, para el ministro “ningún alza de tarifas podría haber arreglado el problema” de la concesión, porque “Aguas tiene una deuda de 700 millones de dólares”.
Lavagna le dijo a la prensa francesa que “Suez podría habernos dicho: ‘esa deuda está ligada a la crisis, olvidémosla y hablemos sobre el futuro’, como hicieron otros grupos. La compañía podría haber decidido algo diferente”, acusó el ministro. En esa línea, subrayó que Suez “cometió el error” de invertir en la succión de aguas sin construir paralelamente la red de desagüe. “El consumo aumentó, pero el agua usada iba al suelo, lo que hizo subir las napas freáticas en la parte sur de la Buenos Aires. De ahí la mala imagen de Suez”, completó.
El otro tema en que el titular de Hacienda buscó marcar el terreno para la negociación futura fue la relación con el FMI. Primero dijo que “afortunadamente” el país no siguió los consejos del organismo desde 2002 y luego remarcó que la negociación para un nuevo acuerdo “sólo será posible si el FMI respeta lo básico de nuestra política económica”. El reportaje fue previo a las declaraciones de anteayer del virtual número dos del equipo económico, Guillermo Nielsen, quien dijo que las discusiones para establecer un nuevo programa con el Fondo empezarán hacia fin de año.
“Argentina continuará con su política de reducción de deuda. Eso es lo que vamos a negociar”, le comentó Lavagna a Les Echos y puntualizó que “desde que Néstor Kirchner llegó al poder en 2003, pagamos 13.500 millones (de dólares a los organismos), 8000 de ellos al FMI”. El ministro puntualizó que “el anterior gobierno pidió al Fondo un crédito de 25.000 millones de dólares. Lo primero que hice cuando llegué al ministerio (abril de 2002) fue retirar esa petición”.
En la entrevista también se le consultó a Lavagna por su situación política. En este caso, el ministro desmintió una vez más que tenga anhelos presidenciales: “No, ése no es mi proyecto. Si tuviera esas ambiciones, debería haber intervenido en estas elecciones legislativas y no es el caso. En general, yo hablo de una forma muy directa y no creo que eso sea compatible con la política”, argumentó. Finalmente, sostuvo que luego de tres años de gestión al frente de Economía “todos los indicadores sostienen que el crecimiento económico será durable”.