Ocho días después de jurar como ministra, Felisa Miceli debutará hoy como pagadora de los organismos internacionales. Girará en total 136,2 millones de dólares, correspondientes a un vencimiento con el Fondo Monetario. No será el último del mes. Antes de las Fiestas, el FMI aguarda que la Argentina siga con su política de desendeudamiento y abone 450 millones de dólares. Nada mal para pasar la Navidad.
Este mes es uno de los de mayores compromisos con los organismos. Después del pago de esta mañana, Miceli volverá a sacar la billetera dentro de diez días. El lunes 19 pagará 30,4 millones de dólares. Casi sin respiro, un día después abonará 282,8 millones.
Ese día se cerrará un año en el cual los organismos disminuyeron notablemente su exposición con la Argentina. En total se saldaron alrededor de 8600 millones de dólares. Pero no todos fueron desembolsos en efectivo. Una parte importante –unos 3150 millones– se cubrieron con nuevas emisiones de papeles, tanto de Boden 2012 (dólares) como de Boden 2014 (en pesos indexados). Los restantes 5450 millones serán pagados en efectivo por la Tesorería.
El actual escenario no indica que vaya a haber cambios en esa estrategia para el año que viene. Los vencimientos con los organismos suman alrededor de 6 mil millones de dólares. De ese total, los compromisos impostergables con el Fondo Monetario trepan a 1600 millones, un monto accesible sin necesidad de firmar un nuevo acuerdo con Washington.
Hasta ahora, Miceli no dio ninguna señal de su estrategia. Antes de irse, Roberto Lavagna había dejado entrever que las negociaciones se iniciarían a comienzos del 2006. Días atrás, Miceli convocó al representante argentino ante el organismo, Héctor Torres, para interiorizarse del estado actual de las relaciones.
Desde Estados Unidos, Thomas Dawson, vocero del FMI, dijo que estaban preparados para empezar a negociar y que esperaban un pedido formal por parte de la Argentina para iniciar el proceso.
Después de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata se alejó la posibilidad de que las conversaciones se inicien pronto. Que el Gobierno se haya enfocado en darle pelea a la inflación con medidas heterodoxas, como la suba de las retenciones a las exportaciones, parece confirmar aquel enfriamiento. Se sabe que el Fondo presionaría ya no sólo para que el Gobierno deje caer el tipo de cambio, sino que haría lo propio para que se desarmen algunas medidas estructurales al modelo económico, como las retenciones.