ECONOMíA
› BRASIL PAGA POR ADELANTADO TODOS SUS COMPROMISOS CON EL FMI
Deuda cero le ganó a hambre cero
El gobierno de Lula da Silva anunció que antes de fin de año cancelará el total de sus pasivos con el Fondo Monetario. Son 15.500 millones de dólares que podía saldar hasta fines de 2007. Rodrigo Rato elogió el plan de desendeudamiento sin confrontación.
Brasil decidió cancelar por adelantado toda su deuda con el FMI. Antes de fin año, el Banco Central enviará a Washington 15.500 millones de dólares para cubrir hasta el último centavo de los compromisos con el organismo internacional. El gobierno tenía hasta fines de 2007 para pagar esos pasivos, pero ayer comunicó que lo hará en las próximas semanas. “Es un momento histórico”, enfatizó el presidente de la autoridad monetaria, Enrique Meirelles. Pero la política de desendeudamiento no fue un gesto hostil hacia el Fondo, sino todo lo contrario. Rodrigo Rato, director gerente del FMI, se apuró a elogiar la medida y destacó que “refleja la creciente fortaleza de la posición externa de Brasil”.
Las dos figuras a las que Lula da Silva les confió el manejo de la economía se encargaron de los anuncios. El ministro de Hacienda, Antonio Palocci, explicó una de las razones por las cuales se resolvió seguir por ese camino. Dijo que el pago anticipado le permitirá al país ahorrar 900 millones de dólares en concepto de intereses. La cifra es menor teniendo en cuenta las magnitudes de la economía brasileña. El superávit comercial, por ejemplo, será este año cercano a los 44.000 millones de dólares.
Más significativa, en cambio, es la señal que entrega el gobierno en distintos planos. La primera es la que resaltó Rato. Brasil refuerza la idea de que su economía es solvente y que le sobra paño para ponerse al día con sus acreedores antes de tiempo. Si en algún momento los mercados internacionales temieron que el default argentino fuera imitado por Lula, sobre todo cuando el actual presidente era el candidato del PT, ahora aquella imagen queda totalmente desterrada y el primer mandatario termina de sacar patente de confiable para los inversores. El riesgo país ayer bajó a 311 puntos y la Bolsa de San Pablo marcó un nuevo record.
“El pago anticipado refleja la mejoría significativa de los fundamentos macroeconómicos en el período reciente, como consecuencia de las políticas adoptadas”, afirmó Meirelles. Toda esa línea argumental intenta despejar las dudas que se generaron hace tres semanas cuando se conoció que el PIB cayó en el tercer trimestre 1,2 por ciento contra el trimestre anterior. Ese resultado redujo los pronósticos de crecimiento para el año a sólo 2,6 por ciento, contra más de 4 que se esperaban a comienzo de 2005.
Anteayer, el ministro de Desarrollo, Luis Furlan, quien proviene del sector industrial (fue presidente de Sadia) y está enfrentado a la política ortodoxa de Palocci y Meirelles, se quejó por “la sensación general de desánimo” y porque “el gobierno no da señales, no traza escenarios ni objetivos y no se dota de los medios para alcanzarlos”. Los pagos al FMI son, en buena medida, una respuesta a problemas políticos internos. Lula ahora puede decir que el país se liberó del Fondo y que lo hizo por la puerta grande, sin espantar a los inversores. En este punto también puede marcar diferencias con Argentina, cuyo gobierno también plantea el desendeudamiento pero con un discurso de confrontación.
En octubre de 2006 hay elecciones presidenciales en Brasil. Por estos días, Lula hasta tuvo que soportar que dentro de su partido algunos pusieran en duda su postulación a la reelección por los escándalos de corrupción. Los pagos al FMI le sirven para apuntalar su imagen. El analista de economía internacional José Siaba Serrate comentó a Página/12 que es posible que el próximo año el gobierno reduzca algunos puntos la tasa de interés, para dar respuesta a los reclamos de los sectores industriales de San Pablo y a los más disconformes del PT. “Entre esa medida y la ‘liberalización’ del Fondo, el presidente tendría buenos argumentos de campaña”, interpretó.
El analista Elio Jaguaribe, profesor de ciencias sociales, dijo a este diario desde Río de Janeiro que el país “no tiene problemas con la deuda externa”, que es “manejable”. El mayor inconveniente es la deuda interna, que está atada a la tasa de interés que fija el Banco Central, que ahora se ubica en 18,5 por ciento. También indicó que la política económica brasileña privilegió un aumento de las exportaciones a costa del mercado interno. Como se señaló antes, una de las consecuencias es el superávit comercial de 44.000 millones de dólares.
Palocci puntualizó que el Banco Central tomó 14.338 millones de ese excedente para engrosar las reservas, que ahora llegan a 67.062 millones. De allí saldrán 15.500 para pagar al Fondo. En marzo pasado, el gobierno ya había decidido no renovar el acuerdo con el organismo.