La actividad de la construcción alcanzó un nuevo record en noviembre, al registrar un crecimiento del 22,3 por ciento en relación con igual mes del año pasado. Así, en once meses de 2005 el sector acumuló una mejora de 13,9 por ciento comparada con el mismo período de 2004. “Durante noviembre el indicador alcanzó el valor record de la serie histórica iniciada en 1993”, superando el anterior tope logrado en octubre último, lo cual “está reflejando el buen desempeño de esta actividad, que se sustenta tanto por la mayor obra pública como privada”, afirma el comunicado del Indec difundido ayer. A diferencia de lo ocurrido durante la convertibilidad, el despegue de la construcción en esta etapa no se apoya en el crédito bancario, sino en capitales privados volcados al sector y en la obra pública.
Según el Indec, el comportamiento del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) “se ve acompañado por similares desempeños en otros indicadores, como el personal ocupado y la superficie cubierta autorizada por los permisos de edificación otorgados para obras privadas”. Dichos permisos fueron en noviembre un 49 por ciento superiores a los de noviembre de 2004.
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Trabajo, en el último año la industria y la construcción fueron los dos motores de la creación de nuevos puestos de trabajo formal. Más aún, para los analistas, la bonanza de la que gozan las empresas constructoras explicaría el proceso de blanqueo de personal, tradicionalmente en negro, observado en los últimos tiempos.
Las ventas de insumos al sector también registraron variaciones positivas en todos los rubros: ladrillos huecos (48,1 por ciento), hierro redondo (38 por ciento), asfalto (10,2 por ciento), pinturas para construcción (18,6 por ciento), cemento (28,6 por ciento).
El año pasado, la construcción creció casi un 20 por ciento y se ubicó en los niveles de 1999, previos a la gran recesión, siendo uno de los sectores que más contribuyó a la creación de empleo.
Ahora, con los resultados de noviembre, difícilmente el ISAC cierre con una suba inferior al 14 por ciento anual.
Además, las perspectivas para 2006 continúan siendo muy favorables: consultados por el Indec, el 61,7 por ciento de los empresarios dedicados a la obra pública consideran que la actividad continuará en alza el año próximo, contra sólo un 4,3 que prevé una merma. En cuanto a los que se dedican a la obra privada, las expectativas son algo más moderadas, aunque no dejan de ser positivas. Así el 38,5 por ciento estima que la actividad continuará en alza en el 2006, para un 53,8 por ciento se mantendrá estable y un 7,7 que anticipa un declive.
Por otro lado, el 66,7 por ciento de los empresarios consultados estimaron que debido al plan de obras públicas necesitarán incrementar su dotación de personal, contra sólo el 2,2 por ciento que prevé una disminución. En el ámbito privado, en cambio, sólo el 33,3 por ciento de los empresarios prevé un aumento en la demanda de mano de obra y un 4,2 por ciento anticipa despidos.
El mayor optimismo de los empresarios dependientes de la obra pública es comprensible, a la luz de la ampliación del presupuesto público volcado a tal fin. El Presupuesto 2004 contemplaba unos 2100 millones en obra pública. En el 2005, en tanto, las partidas para obra pública superaban originalmente los 5000 millones, pero sucesivas ampliaciones estiraron el presupuesto disponible a casi 7000 millones.
El boom de la construcción está presionando sobre los precios del sector. En los primeros once meses del año, el índice de precios de la construcción acumula un alza de 16,9 por ciento, con subas del 28,5 en los salarios, 16,4 en los gastos generales y del 9,4 en materiales.