Brasil quiere que el mecanismo de salvaguardias reclamado por Argentina para reducir los desequilibrios comerciales tenga una vigencia de cuatro años. Así lo indicó el ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior. El titular de esa cartera, Luiz Furlan, recordó que este mes hay cuatro reuniones técnicas para resolver los puntos pendientes y alcanzar un documento de consenso sobre esas “salvaguardias” el 31 de este mes a más tardar.

Pero en algunos puntos de la denominada Cláusula de Adaptación Competitiva (CAC) “todavía no hay entendimiento”, indicó una nota del ministerio tras reuniones entre los equipos de Furlan y Felisa Miceli. Esos puntos son cuatro: duración del nuevo régimen, vigencia de otros mecanismos de protección, garantías de que terceros países no se beneficiarán del mercado argentino gracias a la restricción de las ventas brasileñas e instauración de un plazo de 30 días antes de empezar a aplicar las restricciones, según el gobierno brasileño.

“Brasil defiende que la Cláusula tenga una vigencia máxima de cuatro años y que al finalizar ese plazo el proceso deba reiniciarse. Los argentinos propugnan que la CAC no tenga plazos determinados y que deje de existir solamente cuando haya consenso de que no hay más riesgo”, explica el comunicado.

En el segundo punto, Brasil propone que la CAC sea “el único instrumento de defensa (comercial)”, en tanto que los argentinos “defienden la libertad de usar tanto la CAC como otros instrumentos, como antidumping, medidas compensatorias y salvaguardias generales”. Brasil considera además “inaceptable” que otros países saquen tajada de segmentos del mercado argentino a los cuales habría renunciado para restablecer el equilibrio. Pero “los argentinos alegan no poder conceder preferencias a Brasil a causa de acuerdos firmados con terceros países”, agrega el comunicado.

Por último, Brasil quiere que cuando se detecte un desequilibrio, el sector privado tenga 30 días para tratar de resolverlo sin necesidad de aplicar la CAC. Pero “Argentina estudia la posibilidad de adoptar medidas restrictivas desde el momento en que se presente la solicitud”, concluye el documento.

Los empresarios brasileños se oponían a la aplicación de salvaguardias automáticas, pero flexibilizaron su posición. De todos modos, pidieron bajar la incidencia de la medida. El gobierno de Kirchner la defiende alegando que necesita un horizonte previsible para reconstruir su industria. Brasil tuvo en 2005 un record de exportaciones a Argentina, de 10.000 millones de dólares, y un superávit comercial de 3676 millones, que duplicó al de 2004.