ECONOMíA › JORGE DILLON, MAXIMO RESPONSABLE TECNICO DEL SENASA, APUNTA AL CONTRABANDO
En una entrevista con Página/12, el director de Sanidad Animal del Senasa afirmó que la hipótesis del contrabando es la más firme en la búsqueda de explicaciones al brote de aftosa en un campo en Corrientes. Dijo que se inició una profunda investigación para comprobarlo.
Jorge Dillon es el director de Sanidad Animal del Senasa. Es el máximo responsable técnico de la lucha contra la aftosa. Por primera vez, en una entrevista con Página/12, el funcionario expuso sin eufemismos la hipótesis que maneja el Gobierno sobre la aparición de la enfermedad en un campo de la familia Romero Feris en Corrientes. “Lo que a nosotros más nos cierra es que hubo contrabando”, afirmó. Para corroborarlo, el organismo inició una investigación en la zona. “Un movimiento legal de hacienda no hubiera pasado nuestros controles”, remarcó. De todos modos, Dillon admitió las dificultades de los organismos de control para evitar el ingreso de animales a través de las fronteras. “Son 2000 kilómetros y por ahí algún domingo a la tarde entra algún ternero”, confesó. Cuáles son las consecuencias de la aftosa en humanos y en animales, qué puede pasar con las exportaciones y qué responsabilidad le cabe al Senasa fueron otros de los temas abordados.
–¿Es posible que haya fallado la vacuna o que haya sido mal aplicada?
–La vacuna es de excelente calidad. Pasa controles muy rigurosos que tal vez la hagan la mejor del mundo contra la aftosa. Descarto que el problema haya sido la vacuna. Lo que existe como hipótesis, como posibilidad, es que haya habido alguna falla en la aplicación o se haya roto la cadena de frío, con lo cual la vacuna pierde toda efectividad. Pero me parece muy difícil, muy poco probable. En Corrientes hay un centro de lucha contra la aftosa con gente muy entrenada desde hace muchos años.
–¿La otra hipótesis es la del contrabando?
–Efectivamente. La otra posibilidad es que la aftosa haya ingresado al establecimiento por movimiento de animales. Descarto que haya sido un movimiento legal, porque en ese caso la aftosa hubiera estado en otro punto del país y eso no ocurrió. No hubiera pasado nuestros controles. Eso nos deja frente a un ingreso ilegal, y ahí no sabemos de dónde vino. Lo que a nosotros más nos cierra es que hubo un ingreso no legal de animales. Estamos hablando de contrabando.
–¿El Senasa tiene forma de comprobarlo?
–Estamos haciendo una investigación a fondo para analizar las dos hipótesis: mala aplicación o pérdida de frío de la vacuna, por un lado, o contrabando. Existen fórmulas que nosotros utilizamos para determinar si lo que declaran los productores coincide con nuestros registros. Hay distintos mecanismos que orientan la investigación.
–Algunos ganaderos critican al Senasa por no haber reforzado los controles en la frontera con Paraguay después de la aparición de un brote de aftosa en Brasil, en octubre pasado.
–No es cierto. A partir de ese momento implementamos un sistema de control de fronteras mucho más estricto.
–¿Se puede evitar el contrabando?
–No es fácil. Son 2000 kilómetros de fronteras y por ahí algún domingo a la tarde entra algún ternero. Tratamos de evitarlo de la mejor manera, con la Gendarmería y la Prefectura, que son los responsables en primer término. También hay mucha gente que nos da una mano. Se hacen controles de movimientos en ruta con los gobiernos provinciales, nos ayudan las policías provinciales. Nosotros, a su vez, hacemos auditorías en los campos. Cuando encontramos recientemente animales no declarados en Chaco fue gracias al trabajo de la policía provincial.
–¿No ayudaría avanzar con la trazabilidad de la hacienda?
–Es que no se puede hacer todo a la vez. La trazabilidad nos ayudaría a minimizar los problemas, pero no quiere decir que con ese registro tengamos todo bajo control. Hay gente capaz de esconder hacienda y no necesita trazarla. Es una herramienta importante, pero no soluciona el problema. Además, debemos contar con un sistema informático que permita administrar toda esa información. Hay que ir de a poco.
–¿Quién aplica las vacunas?
–Los mismos productores a través de fundaciones. Y las pagan ellos.
–¿No el Senasa?
–No, el Senasa sólo vacuna en las fronteras.
–¿Qué consecuencias tiene para el humano consumir carne de un animal infectado?
–Ninguna, en absoluto. Hay evidencias científicas de que no existe transmisión de la enfermedad. En todo caso, es una diferencia de calidad. La carne pierde calidad y esto lo puede percibir un consumidor experto como el argentino, pero nada más.
–¿Qué consecuencias tiene para los animales?
–La enfermedad por lo general se desarrolla con fiebre y la aparición de ampollas en las encías, lengua y pezuñas. Esas ampollas revientan y se forman llagas muy dolorosas. En consecuencia, el animal deja de comer y adelgaza. Sólo en casos extremos la enfermedad mata. Sobre todo si el animal no está vacunado.
–¿Cuáles son las vías de contagio entre animales?
–El animal expulsa el virus a través de saliva, de vesículas rotas y eso contagia a otros animales. No sólo vacas, también cerdos, cabras, ovejas y demás biungulados (de pezuña partida). La otra forma es lo que se conoce como mecanismo de transporte inanimado. Una persona o un vehículo pisan la bosta con virus y lo llevan. Por eso se desinfectan los caminos y se aísla la zona afectada.
–¿Y a través de la carne?
–El virus puede estar en ganglios o en huesos. Como nadie los come van a la basura. Entonces puede contagiarse un chancho y después se lo pasa a una vaca y así empieza el brote. Por eso los países libres de aftosa cierran sus mercados. En realidad, a esta altura, como existen métodos de diagnóstico y control efectivos, la enfermedad empieza a ser considerada más como una medida paraarancelaria que otra cosa.
–¿Se puede matar el virus de la carne de exportación mediante técnicas de frío o calor?
–Sí, pero hay que descuartizar al animal y sacarle los huesos y los ganglios. La carne se pone en cámara un par de días y el virus muere. Lo mismo pasa con el calor, por eso hay menos problemas con la carne cocida.
–¿Cuánto tardan los animales en curarse?
–Quince días después de que se manifestó la enfermedad empiezan a cicatrizar las heridas. Se recupera de las lesiones y al mes está sano. El problema es que mientras tanto el animal sigue tirando el virus al campo y propagando la enfermedad, que afecta a la producción. Por eso se los mata.
–¿Cuánto tiempo permanecerán cerrados los mercados para la exportación?
–Depende de lo que ocurra de acá en más. Una cosa es tener un foco aislado y controlado, y otra que aparezca la enfermedad en otros lugares. Estamos tomando previsiones para evitar el contagio.
–Pero si hubo contrabando podría haber animales con aftosa en otros puntos del país.
–Hay que esperar. Estamos matando los animales afectados lo antes posible.
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