El temor a que el conflicto con el sector petrolero patagónico “vuelva a desbordarse” llevó al gobierno nacional a intentar armar un canal de acuerdos con las conducciones de los gremios de la región y con el titular de la CGT, Hugo Moyano. El dirigente camionero y los titulares de los sindicatos petroleros del sur del país mantuvieron una extensa reunión ayer con los ministros de Trabajo y de Planificación Federal, en la que repasaron los principales reclamos laborales, aunque sin llegar a ninguna solución por el momento.

“Lo que se intenta es volver a tener una política para el sector, porque la cosa se había desbandado”, señaló a este diario una fuente calificada de la cartera laboral. Después de los acontecimientos de la semana pasada, que tuvieron su punto culminante en la muerte de un policía tras la detención de un dirigente de base de los trabajadores en conflicto, los esfuerzos por reencauzar la protesta pasan por mostrar el diálogo entre el Gobierno y la cúpula sindical como la mejor vía de hallar respuestas a los reclamos laborales. De allí que el Gobierno, a través de una reunión encabezada por Carlos Tomada y Julio De Vido, convocara a Moyano para participar del encuentro con los dirigentes petroleros de los sindicatos de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén.

Sin la presencia de Felisa Miceli, ministra de Economía, el tema de la elevación del piso salarial a partir del cual se retiene el impuesto a las Ganancias sobre los sueldos quedó en términos meramente enunciativos. Por el nivel salarial que alcanzan a través de la incorporación al sueldo de un plus por zona desfavorable, los petroleros patagónicos se ubican cómodamente en la franja de los alcanzados por el tributo. Los trabajadores del sector consideran ese pago de impuesto, junto al hecho de no cobrar asignaciones familiares por el nivel salarial del que gozan, como “una pérdida de ingresos”, en tanto el salario adicional que reciben está en línea con el nivel más elevado de costo de vida en esa región con respecto al resto del país.

Guillermo Pereyra, secretario general del sindicato de petroleros de Río Negro y Neuquén, actuó como vocero de los gremialistas al finalizar el encuentro y aludió expresamente a este punto. Reclamó elevar el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias y el adicional que cobran por zona desfavorable. El dirigente gremial también planteó la necesidad de “trabajar en el tema de asignaciones familiares, ya que los asalariados de más de 3000 pesos no las cobran y es indispensable que lo hagan”.

Otra cuestión abordada en el encuentro fue la unificación de los regímenes laborales que hoy rigen en diferentes provincias, e incluso entre trabajadores de la misma. Esta disparidad genera no sólo diferencias salariales entre los trabajadores, sino también actitudes encontradas frente a un mismo conflicto entre unos y otros. Los dos ministros presentes hicieron particular hincapié, durante la reunión, en la necesidad de “evitar que los problemas internos provoquen una fractura” en el frente gremial, ya que esa situación da lugar a que los sectores “duros” mantengan una situación de conflicto aun cuando las autoridades llegan a acuerdos con las cúpulas gremiales. El cuadro de situación actual está teñido, justamente, por esa “desbediencia” de las bases respecto de las dirigencias gremiales y el problema estuvo en la raíz de lo sucedido en Las Heras (Santa Cruz) una semana atrás.

Tomada y De Vido prometieron repetir la reunión en los próximos días, donde deberán aportar alguna satisfacción a las demandas si pretenden seguir dándoles aire a las denostadas cúpulas sindicales.