Después de haber resistido el secuestro de su automóvil negándose a abandonarlo cuando los inspectores de Rentas de la provincia de Buenos Aires se lo reclamaron, el propietario de un costoso auto importado deudor del impuesto a las Patentes ayer finalmente honró esa obligación con el fisco bonaerense, liberándose de la amenaza de perder su BMW.

Fuentes del Ministerio de Economía precisaron que Gabriel Gold Adler pagó ayer por la mañana 8600 pesos, casi 6000 pesos menos de lo reclamado por Rentas. Los inspectores bajo la órbita de Santiago Montoya intentaron secuestrar el vehículo cuando éste se encontraba circulando por la localidad bonaerense de Garín, pero el operativo no pudo concretarse debido a que su dueño permaneció en el interior del vehículo. Tras varias horas de negociación con los funcionarios provinciales, se comprometió a saldar su deuda, algo que finalmente hizo ayer.

El de Adler fue el tercer caso de un automóvil valioso al que apuntaron las autoridades fiscales bonaerenses en los últimos días, mientras persiste la polémica porque un juez provincial invalidó uno de los procedimientos anteriores para presionar a otro moroso, ganándose las críticas del gobernador bonaerense, Felipe Solá.

El juez civil de Mar del Plata, Enrique Arbizu, suspendió las facultades otorgadas a la Dirección General de Rentas para secuestrar vehículos con deudas fiscales sin autorización judicial e hizo lugar a un amparo que cuestionó la constitucionalidad de los secuestros por “atentar contra el derecho a la propiedad”.

Los secuestros son parte de la estrategia diseñada por Montoya para amedrentar a los morosos, sobre la base de un reciente cambio en la legislación fiscal de la provincia, que otorga a esa dependencia del Poder Ejecutivo potestades que hasta hace poco no tenía. Cuando la Legislatura reformuló las normas, aquel funcionario advirtió que saldrían a capturar las unidades de morosos de patentes, comenzando por las de un valor superior a los 35 mil pesos que contempla el Código.