ECONOMíA › GABRIELA CIGANOTTO ES LA NUEVA PRESIDENTA DEL BANCO NACION
La crisis que desplazó a Lospinnato de la titularidad del principal banco público terminó abriéndole el camino a la funcionaria de la entidad de mayor confianza del presidente de la Nación. Santacruceña, mantiene una buena relación con Felisa Miceli.
› Por Claudio Zlotnik
Una kirchnerista de pura cepa se convirtió anoche en la nueva presidenta del Banco Nación. Gabriela Ciganotto, hasta hora segunda en la línea de sucesión de la mayor entidad financiera del país, fue designada en el máximo cargo. Poco después, minutos antes de las ocho de la noche, ingresó al Ministerio de Economía para mantener el primer encuentro con Felisa Miceli. La lectura política del nombramiento de Ciganotto aparece como inequívoca: el avance del kirchnerismo puro en los cargos más importantes del Estado.
Ciganotto es una santacruceña, de profesión contadora, muy vinculada al matrimonio K. De hecho, fue diputada provincial en Santa Cruz. Nacida en la ciudad de Caleta Olivia, se convirtió en una de las figuras clave del kirchnerismo en la región norte de su provincia. Asumirá formalmente en un acto que se realizaría pasado mañana.
En los últimos tiempos, Ciganotto recorrió algunas provincias para acercar las propuestas crediticias del Nación. En las diversas charlas ofrecidas, se mostró a favor de una descentralización de la entidad financiera, otorgándoles una mayor independencia a las filiales de los distritos del interior. También hizo eje en la necesidad de que los préstamos del banco lleguen a las pequeñas y medianas empresas.
Su ascenso a titular del Nación se produjo luego de la crisis abierta en el banco, en medio de una dura pelea interna y de diferencias insalvables entre el ex presidente Ricardo Lospinnato y Felisa Miceli. El desgaste de Lospinnato fue paulatino y comenzó a los pocos días de haber asumido.
Una de las claves de ese proceso fue su mala relación con Ciganotto, una funcionaria mimada por la Casa Rosada. A principios de año, la santacruceña fue desplazada por Lospinnato de los cargos que ostentaba en empresas vinculadas al Grupo Banco Nación. Ahí se produjo el primer cortocircuito importante y la inmediata respuesta política desde lo más alto del poder: a los pocos días, Ciganotto fue designada como vicepresidenta de la entidad financiera, cargo que ocupó hasta ayer.
Desde la Casa de Gobierno consideran a Ciganotto como una “pingüina pura”, calificativo que utilizan los hombres cercanos a Néstor Kirchner para referirse a los funcionarios de máxima confianza.
La contracara de esta designación es Felisa Miceli. La ministra había llevado a Lospinnato al Nación cuando, hace tres años, llegó a la presidencia del banco. Auspició su promoción cuando se mudó al quinto piso del Palacio de Hacienda, para lo que fue clave la relación cercana entre el ahora ex funcionario con Ricardo “Pacha” Velasco, pareja de Miceli.
Justamente, una fuerte discusión entre Velasco y Lospinnato habría marcado el final-final de la carrera de éste en el Nación. Ese contrapunto, ocurrido en la tarde del miércoles, dejó a Lospinnato políticamente aislado: había quedado sin lazos respecto de Economía y de la Casa Rosada. Despejado el camino tras la salida del contador, Kirchner le alfombró el camino a Ciganotto.
Fuentes del Gobierno comentaron a Página/12 que cuando se desencadenó la crisis en el banco público, desde la Casa Rosada partió una orden dirigida a la santacruceña: mantenerse al margen de cualquier disputa para evitar ser rozada y mantener a salvo su imagen. Y preservar, en lo posible, al resto del directorio. Durante las últimas 48 horas, ésa había sido su misión, que cumplió puntualmente.
El recambio clausuró una semana de crisis en el equipo económico. En pocas horas, Miceli perdió a Federico Poli (subsecretario Pyme), Sebastián Katz (subsecretario de Política Económica y nexo de Economía con el Banco Central) y a Lospinnato. Salvo el caso de Poli, los otros dos reemplazos se dieron en medio de desacuerdos irreconciliables. El caso de Lospinnato es el de mayor trascendencia política, porque se trata del manejo de un instrumento clave en la política económica, que incluso fue clave en la última reestructuración de la deuda, ya que la AFJP estatal fue la únicaque aceptó la pesificación de los títulos públicos que tenía en su cartera de inversiones.
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