“La baja en el precio de la carne no se ha visto, ni se verá todavía”, confesó ayer el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams. El dirigente dijo que recién la próxima semana podría haber caída de precios en las carnicerías. En algunas de las grandes cadenas de supermercados, en cambio, se apreciaron rebajas en línea con el acuerdo que firmó el Gobierno con los distintos actores de la industria cárnica.

Los ganaderos se quejan porque el Ejecutivo mantuvo la restricción para faenar animales. Ayer fue la primera reunión entre los productores y la Secretaría de Agricultura para negociar la cuestión. Los primeros pidieron que se baje el límite de faena a 260 kilos, mientras que las autoridades por ahora ratificaron la restricción hasta 280 kilos.

Esta es una de las razones de que la semana terminara con una suba en el mercado mayorista. Los precios promedio de la hacienda en pie se incrementaron ayer 3,4 por ciento, debido a la escasa oferta de novillos que se registró en el Mercado de Liniers, lo que empujó hacia arriba al resto de las categorías bovinas que salieron a remate. Los ingresos de la jornada totalizaron 4757 cabezas, con una participación exigua de los novillos (473 animales) y elevada en la clasificación de vacas. Los novillos de 431 a 460 kilos, considerados en el convenio con el Gobierno para frenar el alza de la carne, cerraron las operaciones con subas de 5,7 por ciento.

“Los reiterados anuncios de rebaja del precio de la carne se parecen a las promesas del general Alais para defender al gobierno constitucional en la sublevación de Semana Santa”, ironizó el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino. Williams, por su parte, insistió con que uno de los problemas es el kilaje de faena y estimó que “posiblemente la semana que viene haya una solución”.