En el contexto de una fuerte corrida de depósitos que afectó al conjunto del sistema financiero, el Banco Central de Uruguay (BCU) debió intervenir al Banco de Montevideo, la tercera entidad privada del país. En Brasil, la cotización del real alcanzó su mínimo histórico y la Bolsa de San Pablo se derrumbó. Aunque los analistas continúan hablando del “efecto Lula”, se vuelve cada vez más evidente que los problemas no provienen sólo de los “humores” de los mercados. En México, donde el peso siguió descendiendo, continuaron negando cualquier similitud con Argentina. El gobierno paraguayo, en tanto, negocia financiamiento internacional para reforzar sus reservas. Sin embargo, no pudo evitar un nuevo record en la cotización del dólar. Las generalizadas devaluaciones en todos los países vuelven a América latina un continente cada vez más barato.
Según informó el propio presidente del BCU, César Rodríguez Batlle, el gobierno tiene previsto un programa de capitalización bancaria para mitigar la corrida iniciada a principios de año tras las sucesos argentinos. Según trascendió extraoficialmente, esta capitalización sería de alrededor de 1000 millones de dólares. El primer paso fue dado ayer con el Banco de Montevideo (que el año pasado adquirió a La Caja Obrera) mediante la disposición de “intervención para procesar y facilitar la dotación de liquidez a la institución”, sintetizó Batlle.
A pesar de la drástica e inevitable medida del BCU, el dólar permaneció estable en torno a los 19 pesos por unidad, aunque los economistas uruguayos consultados por este diario lo atribuyeron a la falta de liquidez antes que a una estabilización real del tipo de cambio.
En lo que va del año, los bancos uruguayos perdieron cerca del 30 por ciento de sus depósitos. El 40 por ciento de estos depósitos pertenece a “no residentes”, en su mayoría argentinos. Frente al impacto de la crisis de sus vecinos, el FMI aprobaría este lunes un préstamo de 1500 millones de dólares que se agregaría a uno ya aprobado de 769 millones. Las reservas del BCU cayeron desde enero cerca de 2000 millones (alrededor del 40 por ciento).
En México, el peso volvió a devaluarse ayer alcanzando su nivel más bajo de los últimos 18 meses. El mayorista cerró a 9,95 pesos por dólar, mientras que en las casas de cambio superó los 10 pesos. Según los analistas, esto fue producto de la combinación de las crisis de Brasil y de Argentina y las declaraciones contradictorias que el jueves realizaron al presidente y el ministro de Economía sobre si México se encamina o no a una crisis como la argentina. Analistas vinculados al sector industrial evaluaban hace unas semanas que la moneda mexicana estaba sobrevaluado en alrededor del 25 por ciento, lo cual afectaba la capacidad exportadora de unas 400 empresas que fueron en los últimos años las principales impulsoras del crecimiento económico.
En Paraguay, donde el dólar alcanzó ayer un nuevo récord al cotizarse a 5645 guaraníes acumulando una devaluación del 18,3 por ciento en lo que va del año, el gobierno negocia un “Blindaje Financiero” por 220 millones de dólares a través de cinco nuevos créditos de distintos organismos multilaterales. Su objetivo es reforzar las reservas y detener la devaluación que, en lo que va del año, acumula un 17 por ciento. La directora regional del Banco Mundial, Myrna Alexander reconoció que “conversan” con el gobierno paraguayo un “blindaje financiero” para que el gobierno pueda “fortalecerse y sanear los gastos”.
En Brasil, donde la crisis continúa su aceleración, el riesgo país llegó a los 1735 puntos básicos y el dólar alcanzó un nuevo récord al cerrar a 2,84 reales por unidad (-2,52 por ciento respecto al jueves). El precio de la moneda estadounidense superó así el máximo histórico de 2,835 reales del 21 de setiembre pasado, cuando los mercados mundiales estaban bajo los efectos de los atentados en Estados Unidos.
El presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, afirmó que la inestabilidad financiera será pasajera. “El mercado es humano, tiene humores. A veces es eufórico, a veces deprimido”. Para la ciencia médicamedieval, los malos humores se curaban con sangrías. Y algo de esto parecen estar aplicando los mercados financieros a Brasil, donde el aumento del riesgo complica seriamente la administración de su deuda pública cercana a los 280.000 millones de dólares. Así las declaraciones de Fraga de que “el riesgo Brasil no encuentra ningún justificativo en los fundamentos de la economía” parece ser poco acertado.
Por ello, a pesar de la percepción de muchos analistas, la causa de la crisis no estaría tan cerca del meneado “efecto Lula”. La percepción de quienes no se guían sólo por la lógica de las calificadoras de riesgo es que la burguesía paulista tiene completamente “asimilado” el posible triunfo de Lula. Basta si no con mirar a su lado. El candidato a la vicepresidencia de la fórmula de “centroizquierda”, es el poderoso empresario textil y líder del Partido Liberal José Alencar. El candidato, cuya fortuna personal se estima en 400 millones de dólares, afirmó que no participaría de un gobierno capaz de romper unilateralmente cualquier contrato o que no se preocupe por el equilibrio presupuestario.