ECONOMíA
“La moneda común es a corto plazo irrealizable”
–¿Cómo ve el tema de la crisis regional? ¿Cree que puede haber una moneda común para afrontar en conjunto la crisis?
–Mire, sobre el futuro uno puede decir muchas cosas. Usted sabe que yo con un economista brasileño fuimos los primeros hace 6 años en escribir un trabajo técnico sobre cómo llegar a una moneda común. Pero eso es para el futuro. El problema hoy es de otra naturaleza. Estamos en medio de una situación compleja y hay que tener cuidado de no señalar tanto que la solución es ésa, porque en el corto plazo me parece irrealizable.
–¿Es muy difícil de coordinar?
–Se llega a una moneda común después de un buen tiempo de coordinación, un plazo mucho más largo de lo que hoy las circunstancias permiten. En cuanto a lo rápido que operó el Fondo con otros países, me parece que ahí hay un error de percepción. Brasil no hizo uso de lo que ya tenía acordado. Y en el caso de Uruguay, hace tanto tiempo como nosotros que está en negociación.
–Bueno, Uruguay lo consiguió antes, entonces.
–Pero Uruguay no está en default (cesación de pagos). Es la pequeña diferencia que existe con la Argentina.
–Usted es consciente de que hay una presión para dolarizar la región. La Argentina está muy dolarizada, Uruguay también, y hasta Brasil se está dolarizando.
–Efectivamente, hay una presión fuerte en ese sentido. Hasta Brasil ha ido dolarizando parte de su deuda.
–Esa presión se da naturalmente en parte porque la gente rechaza la moneda local. ¿También existe la presión de grupos financieros que preferirían un Mercosur dolarizado?
–Tal vez preferirían ni siquiera ver el Mercosur. Basta tener en cuenta algunas maniobras llevadas a cabo en las últimas semanas. Por eso prefiero no hablar de algunos temas. Es prestarse a esas maniobras.
–¿Se refiere a versiones y rumores lanzados por bancos extranjeros?
–En las últimas cuatro semanas, todos los viernes se anunciaba el cierre bancario a la semana siguiente. Eso hacía que la gente se precipitara a los cajeros y extrajera todo el dinero. Después, a la semana siguiente, todo era normal. Cuando terminaron con esos rumores, que no podían seguir usando hasta el infinito, en los últimos días hemos pasado a la renuncia de Blejer, a la renuncia mía. Hay gente que quiere la dolarización y, en lugar de expresarla abiertamente, utiliza mecanismos que afectan aún más a una sociedad muy golpeada.
–¿Usted ve que el grupo dolarizador tenga apoyo de Washington?
–Ni siquiera entro en esa especulación. Cualquiera puede expresar libre y claramente sus ideas. Lo que no debe hacer es jugar con la sociedad.
–Hoy (por ayer) publicamos en Página/12 un documento escrito por el principal asesor de Blejer y dos economistas del Banco Mundial en el que expresan que el mejor camino es la dolarización...
–Me parece perfecto que lo hagan de frente y abiertamente. Afortunadamente, todos pueden opinar libremente. Lo que no se debe hacer es alentar maniobras y rumores como los que ha habido en las últimas semanas.
–¿Usted sigue confiando en recuperar el peso no sólo como medio de pago (para los gastos corrientes) sino también como reserva de valor, es decir, que los argentinos lo usen para ahorrar?
–Yo trabajo sobre la realidad. Y la realidad hace que haya ciudadanos que estén dispuestos, bajo ciertas condiciones, a ahorrar en pesos, y otros que prefieran ahorrar en dólares. Los instrumentos que se dieron permiten esto, siempre que se creen condiciones de repago. Las nuevas cuentas en dólares están destinadas a financiar operaciones de comercio exterior, de manera tal que generen ingresos en dólares y no haya un descalce de monedas que terminó como terminó. Por el decreto 905, quien quiere poner en los bancos dólares billete, recuperará dólares.
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