El fuerte repunte del inicio de las operaciones de ayer se diluyó rápido. Los mercados financieros están ganados por un clima de incertidumbre, pendientes de Estados Unidos.
La jornada financiera de ayer había comenzado tan positiva que muchos inversores empezaban a olvidar el derrumbe del día anterior. Las acciones subían 4,1 por ciento y los títulos, más del 2 en promedio. Sin embargo, en el último tramo de la rueda los precios se fueron desinflando, en línea con lo que sucedía en Wall Street. Al cierre, el índice MerVal mostró un alza del 1,6 por ciento y los títulos públicos avanzaron el 0,5. El resbalón del final es una muestra de la tensión que permanece en el mercado, como reflejo fiel de lo que sucede a nivel global.
El pesimismo de los operadores reapareció en Nueva York: el índice Dow Jones se contrajo 0,2 por ciento y el tecnológico Nasdaq, 0,6. Fue un cierre a contramano de lo sucedido más temprano en los recintos europeos, que registraron alzas de entre 2 y 2,6 por ciento. La mala onda se contagió a México y Brasil, donde las bolsas cedieron 1,5 y 1,1 por ciento, respectivamente. El real, en tanto, se devaluó cinco centavos, a 2,31 por dólar, en los últimos 20 minutos de operaciones.
En la city creen que la volatilidad será una característica de los mercados financieros en el corto y mediano plazo. La clave es la situación económica de los Estados Unidos. Los financistas, que hasta hace una semana creían que el flamante presidente de la Fed, Ben Bernanke, actuaría con cautela, ahora están seguros de que tendrá una actitud muy agresiva en materia monetaria. La expectativa de mayores tasas de interés en la principal economía del mundo derrumbó a los mercados, ya que los inversores buscan refugio en los más conservadores bonos del Tesoro estadounidense. El apetito por estos títulos es tan grande que el rendimiento, que va en sentido contrario al precio, cayó al 5,03 por ciento anual.
La perspectiva de un encarecimiento del dinero volvió a impactar en los precios de las materias primas. Entre los principales productos que exporta la Argentina, el trigo perdió 1,5 por ciento y el maíz, 0,6. La soja, en cambio, avanzó 0,7 por ciento.
Los operadores seguirán con lupa cada indicador de la economía estadounidense: hoy se conocerá la cantidad de viviendas a estrenar vendidas en abril y mañana se sabrá cuál fue la expansión del Producto durante el primer trimestre. En los bancos de inversión piensan que Bernanke quiere bajar el actual ritmo de inflación antes de visitar el Congreso, dentro de dos meses. Los inversores saben que la última vez que la inflación superó el 3 por ciento anual, a mediados del año 2000, la tasa de corto plazo trepó al 6,25 por ciento anual. Ahora está en el 5 por ciento. ¿Hay chances de que siga ese camino? Los corredores empezaron a creer cada vez más en una respuesta positiva.
Lo que hoy es seguro es que, más allá del resultado bursátil del día a día, el ciclo expansivo de la política monetaria llegó a su fin en los Estados Unidos. Y que, frente a este cambio de escenario, los inversores toman recaudos desprendiéndose de los activos más riesgosos. Esta conducta se vio ayer en el salón de 25 de Mayo y Sarmiento: muchos financistas que se habían endeudado para comprar acciones tiran la toalla y venden apurados sus posiciones. En el recinto estiman que el MerVal podría profundizar su derrape en las próximas jornadas.
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