Venezuela firmó un protocolo que apura su ingreso como socio pleno del bloque regional, proceso que acabará en ocho años. Danilo Astori, de Uruguay, volvió a quejarse por asimetrías.
“Hay actitudes de Argentina y Brasil en el Mercosur que han superado todo límite imaginable”, denunció ayer el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori. Por esa razón, explicó, su país encara negociaciones por fuera del bloque regional. Mientras el encumbrado funcionario del gobierno de Tabaré Vázquez decía eso, en Venezuela se vivía el clima opuesto. Hugo Chávez anunció eufórico que antenoche su país firmó un “protocolo de adhesión” al Mercosur. “Es un hecho histórico”, juzgó, apoyado sobre un mapa del continente. La firma se produjo luego de una reunión de equipos técnicos de los cinco gobiernos en Buenos Aires. Venezuela acepta en ese documento los tratados que dieron origen al bloque y establece los plazos para su incorporación plena al área de libre comercio y al Arancel Externo Común.
El 21 de junio próximo será un día importante para el Mercosur. Los presidentes de los países miembros se encontrarán en Córdoba en la habitual cumbre semestral. La reunión se dará en medio de un estado de convulsión general por la pelea de Argentina y Uruguay por las papeleras, el enojo de este último país y de Paraguay con los socios más grandes por las distorsiones comerciales y la tensión entre Brasil y Bolivia por la nacionalización de los hidrocarburos. El único con un discurso entusiasta por el futuro del proceso de integración será Chávez.
Néstor Kirchner, Lula da Silva, Tabaré Vázquez y Nicanor Duarte Frutos firmarán ese día el mismo protocolo al que adhirió el mandatario venezolano. A partir de ese momento, los parlamentos de los cinco países deberán ratificar el acuerdo. Lo que hizo Venezuela anteayer fue dar un paso esencial para su ingreso como socio pleno del Mercosur: adhirió al Tratado de Asunción y a los protocolos de Ouro Preto y Olivos que definen la estructura legal de la integración regional. Tan importante como ello es que el documento definió los plazos para la integración comercial de Venezuela al bloque.
Ese país acordó un cronograma de cuatro años para adoptar el Arancel Externo Común (que se aplica a los productos de los países de extrazona), en tanto que aceptó que recién entre 2010 y 2014 empezará a regir una zona de libre comercio total con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Argentina y Brasil eliminarán sus aranceles para los productos venezolanos a partir del 1º de enero de 2010, mientras que Venezuela lo hará con esos dos países y con Uruguay y Paraguay exactamente dos años después. Uruguay y Paraguay, en tanto, liberarán sus aranceles a Venezuela el 1º de enero de 2013. Por último, habrá una lista de excepciones con productos sensibles que quedará sin efecto “a más tardar el 1º de enero de 2014”.
El protocolo dispone la creación de un grupo de trabajo que tendrá seis meses para darle forma definitiva al cronograma de ingreso del quinto socio pleno del Mercosur en base a las fechas fijadas citadas anteriormente. Venezuela había firmado el primer documento en el que expresaba su intención de convertirse en socio pleno el 8 de diciembre pasado y en la primera reunión de los equipos técnicos se resolvieron esas cuestiones fundamentales para llevarlo a cabo.
Chávez insistió en que su gobierno “mira al sur”, al recordar su decisión de sacar a Venezuela de la Comunidad Andina (CAN), que a su juicio “se acabó”, porque Colombia y Perú negociaron Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
El entusiasmo de Chávez es diametralmente opuesto al enojo de Uruguay. Astori se quejó de las “actitudes de Argentina y Brasil”. “Deberían estar preocupados por lo que les han hecho a las economías pequeñas en el Mercosur”, enfatizó desde Montevideo en declaraciones al estatal Canal 5. “Uruguayos y paraguayos no queremos destruir el bloque, pero sí aumentar el margen de ser oídos”, aclaró. “Si en el bloque no nos dan importancia, tratemos de ganar importancia fuera del Mercosur para que nos escuchen en él”, destacó el ministro.
Según Astori, esa política de los países grandes es la que ha ocasionado importantes daños al Mercosur. “Un bloque de integración no puede aceptar que dos países, los más poderosos económicamente, realicen acuerdos, como el reciente de adaptación competitiva, originando desvíos de comercio e inversión, que perjudican a Uruguay y Paraguay”, indicó.
El ministro uruguayo recordó que el gobierno uruguayo solicitó al argentino, que este semestre ejerce la presidencia temporal del bloque, la convocatoria del Consejo del Mercosur para analizar el enfrentamiento entre ambos países por las plantas de celulosa que se instalan próximas a la ciudad uruguaya de Fray Bentos. “Argentina se ha dado el lujo de ignorar la solicitud de Uruguay para que se convoque a las autoridades del bloque, sin siquiera responder por razones de cortesía”, concluyó.
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