Los mercados financieros volvieron a temblar. Hubo fuertes bajas en las principales bolsas de Europa, Estados Unidos y América latina. En Buenos Aires, el retroceso de las acciones fue del 3,5 por ciento en promedio, mientras que los bonos bajaron 2 por ciento. En este contexto, el dólar volvió a subir un escalón, terminó en 3,10 pesos para la venta, y el Banco Central tuvo que vender divisas para impedir un salto mayor. En la city esperan que sigan las turbulencias, al menos hasta que a los financistas les quede más claro el rumbo económico en los Estados Unidos.

Esta fue la segunda vez en una semana que el Central se vio forzado a desprenderse de billetes verdes para enfriar el mercado cambiario. El monto vendido fue simbólico –6 millones de dólares–, pero el objetivo fue enviar una señal a los operadores de que la autoridad monetaria no permitirá que el tipo de cambio tenga una alta volatilidad. Lo cierto es que ayer volvió a notarse una fuerte demanda de divisas por parte de inversores extranjeros que, al revés de lo que sucedía hasta hace algunas semanas, ahora venden los bonos en pesos y se pasan a dólares, billetes que luego fugan al exterior. También es verdad que hubo una demanda puntual de empresas, como Monsanto o varias automotrices, que justo tuvieron que pagar sus importaciones. El dólar mayorista también se elevó un centavo, a 3,088 pesos.

El cimbronazo por la mayor aversión al riesgo se hizo evidente en toda la región. En Brasil, la bolsa cayó 4,5 por ciento y el real se devaluó siete centavos, a 2,31 por dólar, a pesar de que el Banco Central vendió 400 millones de dólares en el mercado y se comprometió a ofrecer un monto similar para esta tarde. En México, la baja fue del 3,4 por ciento y en Chile, del 1,5. En Europa, las pérdidas resultaron de hasta el 2,4 por ciento de Londres. Y en Wall Street, el Dow Jones bajó 1,6 por ciento y el panel tecnológico Nasdaq, 2,1.

El derrape de los mercados se inició cuando George Bush informó que el nuevo secretario del Tesoro estadounidense será Henry Paulson, ex presidente ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs. La especulación de los inversores es que Paulson será más permeable que el actual secretario, John Snow, frente a la baja del dólar y que habilitaría una mayor caída frente a las principales monedas. Ayer también se conocieron índices económicos y balances empresarios que juegan en contra de la marcha económica en los Estados Unidos.

Para los inversores, la difusión de esos indicadores parece la excusa perfecta para desarmar sus posiciones en los mercados emergentes. La Argentina se encuentra a mayor resguardo que otros países, como Brasil, por distintos motivos:

- La reestructuración de la deuda quitó presión, ya que no hace falta buscar financiamiento.

- Los controles cambiarios le ponen coto a la salida de capitales.

- Hasta dentro de un par de semanas seguirán las fuertes liquidaciones de los exportadores por la cosecha gruesa.