Las expectativas sobre un debilitamiento de la principal economía del mundo, acompañado de mayor inflación, volvieron a impactar en todas las bolsas. La de acá, 4,6 por ciento abajo.
› Por Claudio Zlotnik
Los mercados empezaron la semana con fuertes retrocesos. Impulsadas por una ola de ventas de activos financieros, hubo fuertes caídas en las principales bolsas del mundo. En Buenos Aires, el índice MerVal bajó 4,6 por ciento y se extinguió la ganancia que había acumulado desde principios de año. También se notaron bajas importantes en los títulos públicos, de hasta el 2,3 por ciento. El mercado cambiario estuvo ajeno a las turbulencias y el Banco Central embolsó 55 millones de dólares para sus reservas. Hoy y mañana se difundirán datos claves sobre la economía estadounidense, que influirán sobre la tendencia en los recintos bursátiles.
Hoy a las 9 y media de la mañana se conocerá el índice de inflación mayorista en los Estados Unidos y mañana la evolución de los precios al consumidor de mayo. Los operadores esperan un 0,4 por ciento en el primer caso y un 0,2 para la inflación minorista. Si se superan estas expectativas, es muy probable que los mercados vuelvan a temblar. Justamente, las caídas de las bolsas se vinculan con el temor de los financistas de que Estados Unidos se esté encaminando hacia una desaceleración económica en un contexto de inflación creciente.
Las bajas de ayer se iniciaron en Europa (1,3 por ciento en Alemania y 0,7 en España), se extendieron a Wall Street –donde el Dow Jones cayó 0,9 por ciento y el tecnológico Nasdaq, el 2,1– y golpearon los recintos de América latina. Las acciones en Buenos Aires fueron las más perjudicadas de la región: el índice MerVal perdió 4,6 por ciento. A su vez, San Pablo retrocedió 4,3 por ciento, la misma magnitud que en México.
El derrape de los emergentes es consecuencia de la fuga de capitales desde esos países. El ajuste de ayer en el salón de Sarmiento y 25 de Mayo esfumó la ganancia acumulada en el año. Ahora, el MerVal se ubica en 1512 puntos, un 2,8 por ciento por debajo al inicio de 2006. Hace apenas 50 días, el índice había alcanzado el record de 1943 puntos. En este lapso perdió el 22,2 por ciento. El recorrido guarda semejanza con la profunda caída que tuvo el papel de Tenaris, el más importante del panel líder. En el último mes y medio, esa acción se desvalorizó un 32 por ciento. Ayer terminó a 49,20 pesos. La tendencia bajista incluyó al resto de las líderes: en la rueda de ayer, Siderar bajó el 5,8 por ciento; Grupo Financiero Galicia, el 3,7, y Acindar, el 3,9 por ciento.
La ola de ventas incluye a los bonos. Los emitidos después de la última reestructuración fueron los más perjudicados, con retrocesos de entre 1 y 2,3 por ciento, como el Par nominado en dólares.
Los financistas esperan que la volatilidad de los mercados se extienda. Algunos, incluso, no descartan caídas adicionales para las próximas jornadas, tal como comentó Pablo Tavelli, de Santander Bursátil, a Página/12. “La tendencia es a la baja”, remarcó, aunque sugirió que, como suele ocurrir cuando hay terremotos bursátiles, “hay que estar atentos para volver a comprar a precios muy tentadores”.
El pánico de los inversores es que las economías desarrolladas, empezando por la estadounidense, se desacelere en los próximos meses, en un marco de tasas de interés en ascenso. Bajo la incertidumbre de un nuevo escenario internacional, los inversores se refugian en los activos más conservadores (bonos del Tesoro americano) y venden los más riesgosos (bonos y acciones en América latina y en otras plazas).
En el Ministerio de Economía y en el Banco Central aseguran que el impacto de estos sacudones en la economía real es muy limitado. La Argentina no debe afrontar fuertes vencimientos de la deuda y, por lo tanto, no tiene que buscar dólares en los mercados. Además, el traslado de lo que ocurre en la Bolsa a los consumidores es ínfimo: hay que tomar en cuenta que en acciones ayer se negociaron tan sólo 62 millones de pesos.
Los funcionarios, en cambio, destacan la fuerte liquidación de divisas en el Central. De la mano de las exportadoras y de las empresas que empezaron a pagar el anticipo de Ganancias, el BC embolsó 55 millones de dólares.No obstante, es innegable que una fuerte corrección en los mercados internacionales se podría sentir en la Argentina: la suba de las tasas hará que, tarde o temprano, los créditos también se encarezcan en los bancos locales.
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