El acuerdo entre Bolivia y Argentina por la provisión de gas ya está cerrado. El precio subirá en etapas. La importación llegará a 27 millones de m3 en 2010. Se construirá el Gasoducto Nordeste.
› Por Raúl Dellatorre
Pese al hermetismo tanto de las autoridades argentinas como de sus pares bolivianos, algunos participantes en la larga negociación que se desarrolló el lunes en La Paz dejaron entrever que el borrador del acuerdo está más que avanzado. El jueves 29, Evo Morales visitará en Buenos Aires a su par argentino, Néstor Kirchner, para suscribir un acuerdo de largo plazo de provisión de gas natural, un convenio de cooperación para la industrialización de hidrocarburos en territorio boliviano y el compromiso de construcción de un nuevo gasoducto, el llamado del Nordeste Argentino, para incrementar en 20 millones de metros cúbicos la capacidad de transporte. Las partes acordaron no revelar el precio estipulado, aunque trascendió que subiría en forma escalonada en tres etapas. Por ello, las declaraciones del subsecretario de Cancillería Eduardo Sigal, quien por la mañana señaló que Argentina consideraría adecuado pagar no más de 4,50 dólares por millón de Btu, fueron duramente desacreditadas por la tarde a través de un comunicado de su superior, el vicecanciller Roberto García Moritán.
El borrador suscripto por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en Bolivia con el vicepresidente de ese país, Alvaro García Linera, contempla mantener el suministro de gas boliviano a la Argentina por 7,7 millones de metros cúbicos diarios, capacidad máxima del gasoducto que ingresa al país por el noroeste. Hasta fin de año, el precio que abonará Argentina se elevará con respecto al que paga actualmente, de 3,35 dólares por millón de Btu, pero para volver a ajustarse a partir del 1º de enero del año próximo. Con esos dos escalones, el precio se aproximaría a los 5,50 dólares pretendidos por Bolivia al inicio de las negociaciones.
A mediano plazo, Bolivia se compromete a suministrar todo el gas que Argentina pueda absorber a través del tendido del Gasoducto Nordeste, que sumará otros 20 millones de m3 a la capacidad actual de transporte. Su puesta en servicio recién se lograría hacia 2009 o 2010. Para esta provisión ampliada, ya se acordó un nuevo precio que, según se estima, habría sido fijada a un valor entre 5,50 y 6 dólares por millón de Btu. Es decir, entre un 65 y un 80 por ciento superior al valor actual. Conforme a estas condiciones, el grupo Techint se aseguraría la construcción del gasoducto, cuya iniciativa le corresponde, y a la cual proveería los caños y parte de las obras civiles. El costo total de la obra se estima en 2000 millones de dólares.
Un segundo aspecto del acuerdo, según adelantó el presidente de YPF Bolivia, Jorge Alvarado, en una entrevista telefónica con el programa “Rosario de Ideas”, por Radio Nacional, ayer, es la asociación entre dicha empresa estatal y su par argentina, Enarsa, para industrializar hidrocarburos en territorio boliviano. Todavía no se conocen los detalles, pero se estima que el proyecto contemplaría la construcción de una planta separadora de gases, su licuefacción y el desarrollo de tareas de aprovechamiento del gas licuado en la industria. Es una aspiración a la que Bolivia le otorga la máxima prioridad, y en la que el gobierno argentino se comprometió a participar activamente.
Un tercer aspecto del acuerdo ya casi cerrado es el relativo a la denominada (por Bolivia) “cláusula de transparencia”, por la cual reclama que Argentina se exima de reexportar el gas boliviano a Chile. Una declaración de principios más que una cuestión práctica, ya que, tal cual señaló un especialista boliviano, Christian Inchauste Sandoval, en un artículo publicado ayer por Bolpress, “virtual o real, la triangulación de gas boliviano existe y es inevitable, al tener Argentina seis gasoductos que conectan con Chile”. En todo caso, como agrega el mismo autor, son consideraciones que el gobierno de Evo tomó en cuenta al negociar el nuevo precio: “Tanto la demanda (insatisfecha de Argentina) como la triangulación son factores para llevar el precio del gas al alza”.
Precio que las partes pretenden mantener en reserva hasta el 29 de junio, cuando el acuerdo se anuncie en Buenos Aires. Es por ello que provocaron tanto enojo de las autoridades las inoportunas declaraciones del subsecretario Eduardo Sigal, en referencia al precio del gas que estaría dispuesto a pagar Argentina. Según señaló, el gobierno nacional consideraría “adecuado” pagar el gas que le compra a Bolivia en torno de 4,5 dólares el millón de Btu. “Ese valor es de lo que estamos hablando, como un reconocimiento” a la necesidad de crecimiento de Bolivia, refirió Sigal.
Estos dichos provocaron la reacción inmediata del mismo Gobierno, que descalificó a Sigal a través de un comunicado de Cancillería firmado por el vicecanciller, García Moritán (en ausencia de Jorge Taiana). “Durante la reunión que se realizó ayer (por el lunes) en La Paz, se abordaron cuestiones significativas que negocia la cartera que encabeza el ministro De Vido. Consecuentemente, se desmienten las declaraciones que un funcionario de menor rango de esta Cancillería efectuó sobre el valor del gas, por cuanto las negociaciones son de exclusiva competencia del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios”, recita, lapidario, el comunicado.
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