Por segunda vez la Justicia española hizo lugar al reclamo de ahorristas argentinos. Se trata de la demanda presentada contra el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), casa matriz del Banco Francés, por alrededor de 300 damnificados por el corralito. La habilitación para una audiencia de conciliación el próximo 18 de setiembre se suma a la ya obtenida por los ahorristas del Banco Río, filial del Santander Central Hispano (BSCH), para el 16 de julio. Aunque los llamados a conciliación no significan que los ahorristas recuperarán sus depósitos, se trata de un posible paso en esa dirección.
La demanda presentada en la Justicia española contra el BBVA para la devolución de los depósitos presenta argumentos para que la matriz se solidarice con las obligaciones de su filial. “El nombre del Banco Francés ha ido unido en todas las ocasiones, y sin excepción alguna, bien a la marca BBV, bien a la marca BBVA de tal forma que en el año 2000 se incorpora la marca única del Grupo a la razón social, operando a partir de entonces bajo la denominación BBVA Banco Francés”, sostiene el escrito. En la práctica, ambas entidades conforman “una sola realidad mercantil integrada en el banco matriz”, agrega.
El texto presentado en los tribunales de Madrid explica que tras la lección del Plan Bonex de 1989 muchos ahorristas prefirieron confiar sus ahorros a los bancos extranjeros que “ofrecían al país la máxima seguridad jurídica, económica y financiera”. Esta fue la idea central transmitida por el BBVA en costosas campañas publicitarias, así como en la documentación presentada ante diversos organismos de control, “con las que llegaron a convencer plenamente a una numerosa clientela argentina”.
En base a esta unidad entre filial y matriz, el escrito demanda que el BBVA reconozca “su obligación de restituir inmediatamente los fondos que retiene indebidamente” y que se responsabilice por todos y cada uno de los depósitos formalizados por los demandantes en el BBVA Banco Francés “en la moneda en que se constituyeron”.
Como resultado de la presentación el Juzgado Civil de Primera Instancia Nº 8 de Madrid, a cargo del magistrado José Luis González Vicente, fijó para el 18 de setiembre una audiencia de conciliación, dejando constancia que “a quien no concurra se le darán por perdido sus derechos”.
Aunque la notificación para el acto de conciliación para los ahorristas del BBVA Banco Francés se conoció el pasado 11 de junio, recién fue revelada ayer. La información fue dada por Carlos Wiater –el abogado que representa a los ahorristas argentinos en ambas causas junto a su colega español Iván Hernández Urraburu– a su regreso de España.
Según destacaron los abogados ya existiría un canal de diálogo entre los ahorristas y la matriz española, aunque el único detalle brindado fue que “se han iniciado conversaciones”.
Wiater participó en España de la asamblea de accionistas del BSCH. Wiater adquirió 110 acciones (por algo más de 1000 dólares) de la entidad española con el sólo fin de hablar en la “junta” realizada en el lujoso Palacio de los Festivales de Santander y ser escuchado por el Consejo Directivo del BSCH.
El abogado relató a este diario que propuso que el Banco Río les comprara a sus clientes los bonos que el gobierno argentino les entregará a cambio de los depósitos. La operatoria no provocaría daño patrimonial, pues la salida de efectivo se compensaría contablemente con la entrada de los bonos (aunque Wiater omitió recordar que se trataba de bonos de un Estado en default), y permitiría a las entidades españolas “recuperar la confianza de los ahorristas argentinos”, quienes volverían a depositar los 30 mil millones de dólares que, se estima, mantienen actualmente fuera del sistema. Además, la confianza en la entidad también alcanzaría a todos los países en los que el SCH tiene filiales. La propuesta fue acogida con frialdad por la asamblea, donde se consideró que “proponer negocios” noestaba en el orden del día. El BBVA y el BSCH contabilizan en sus filiales argentinas depósitos por alrededor de 1500 millones de dólares cada uno.