El personal doméstico registrado se duplicó en los últimos cinco meses, llegando a 150 mil. El blanqueo empezó a aumentar cuando el Gobierno lanzó una campaña de regularización en enero del año pasado y se aceleró definitivamente a partir de diciembre, cuando se promulgó la ley que les permite a los empleadores deducir los aportes del impuesto a las Ganancias. Fuentes de la AFIP aseguraron ayer estar “muy satisfechos” por los resultados, ya que “venimos de años en donde la cifra de trabajadores domésticos se encontraba en una meseta”.

Dentro del rubro se hallan quienes realizan actividades de mucamas, niñeras, cocineras, amas de llaves, damas de compañía, institutrices, mayordomos, jardineros y caseros, siempre y cuando trabajen para un mismo empleador, como mínimo 6 horas semanales. Por un importe mensual de 59,4 pesos, entre aportes y contribuciones, el trabajador puede elegir entre más de 200 obras sociales y acceder a un futuro beneficio previsional. También se asegura su cobertura médica, accediendo así a los servicios incluidos en el Programa Médico Obligatorio. Si una persona trabaja en varias casas, puede sumar los montos de los aportes y contribuciones de cada lugar y así alcanzar los 59,4 pesos. Para ello debe tener número de CUIL, que se obtiene con el Documento Nacional de Identidad en cualquier oficina de la Anses.

El régimen estableció también que quienes emplean a personal doméstico pueden deducir de la base sobre la que se calcula el impuesto a las Ganancias un monto de hasta 4020 pesos por año para el período fiscal 2005, mientras que a partir de este año el límite será de 6000 pesos. El sistema contempla una tabla de cotizaciones en donde figuran los montos que se deben pagar, según la cantidad de horas semanales trabajadas por el personal de servicio doméstico.

Hasta el inicio del programa de regularización, un año y medio atrás, sólo había 54 mil empleados domésticos en blanco, con derecho a obra social y jubilación. En diciembre habían llegado a poco más de 70 mil y desde entonces subieron a 150 mil, triplicando las cifras iniciales. Además de los incentivos para deducir Ganancias, también influyeron en el blanqueo las 500 mil cartas enviadas en enero y febrero a los contribuyentes con ingresos superiores a 80 mil pesos anuales, la campaña publicitaria en los medios de comunicación y el reparto de folletos en distintas provincias.

El número blanqueado continúa siendo bajo si se toma en cuenta que, según el Indec, en ese rubro trabajan cerca de 900 mil personas en todo el país. Sin embargo, la fuente de AFIP señaló que las perspectivas para el futuro “son alentadoras”, porque en los últimos cuatro meses hubo más de 400 mil consultas al organismo.

De ellas, 55 mil fueron a través de llamadas telefónicas a la línea gratuita que la AFIP dispuso para aclarar dudas sobre el régimen. Los otros 350 mil contactos se concretaron a partir de la campaña de difusión en las calles realizada en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y Bariloche. “Entre esos contactos no se computa a la gente que recibió solamente folletos, sino a los que consultaron y mostraron verdadero interés por el régimen”, comentaron en el organismo recaudador.

De todos modos, en la AFIP reconocieron que es imposible llegar a blanquear a las 900 mil personas que trabajan en el rubro actualmente, porque “muchas están indocumentadas”, lo que frena la posibilidad de regularizarlas. En ese sentido, comentaron que la entidad está trabajando con la Dirección Nacional de Migraciones para lograr que muchas de ellas obtengan una Clave Unica de Identificación Tributaria (CUIT) provisoria para que puedan ser regularizadas. “Nosotros creemos que, más allá del incentivo que significa la deducción del impuesto a las Ganancias, se está creando una nueva conciencia en lo que tiene que ver con la necesidad de eliminar el trabajo en negro”, concluyeron en la AFIP.