ECONOMíA › KIRCHNER ATRIBUYO EL MAL DATO DE ABRIL A PROBLEMAS EN EL AGRO
La actividad económica aumentó en abril 6,4 por ciento. A fin del año pasado crecía a más del 9 por ciento. Dudas entre los economistas.
La actividad económica registró en abril un crecimiento de 6,4 por ciento, una tasa bastante por debajo de las expectativas, incluso de los propios pronósticos oficiales. Así, según el Indec, durante el primer cuatrimestre la economía se expandió a un ritmo del 8 por ciento, contra el más de 9 por ciento de crecimiento que mostraba en el último trimestre del año pasado. ¿Hay un aterrizaje suave de la economía? Es la pregunta que dispara hoy el debate entre los analistas económicos. Por su parte, desde Londres, el titular del Banco Central, Martín Redrado, pronosticó que el crecimiento rondará este año el 8 por ciento.
El Indec tenía previsto difundir ayer por la tarde los datos del EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) correspondientes a abril. Pero una vez más el Presidente se anticipó a la difusión oficial de las cifras, confirmando que el organismo funciona casi como un apéndice de su oficina de prensa. Desde Madrid, Kirchner no sólo anunció que el EMAE creció en abril solamente 6,4 por ciento, sino que, además, dio su interpretación sobre la decepcionante performance. Según el Presidente, “las sequías y otros problemas acaecidos en el sector primario hicieron retroceder los índices favorables” que se registraron en las áreas de servicios e industria. Ese es el análisis que hacían ayer los técnicos del Ministerio de Economía.
Un solo mes es un dato aislado que no permite saber si efectivamente la economía se está desacelerando y, más aún, si ese proceso es suave o pronunciado. Por eso, la idea del “aterrizaje suave” por ahora divide aguas entre los economistas. El EMAE es el indicador mensual más abarcativo de la actividad económica del país ya que, a diferencia de otros indicadores como el EMI (Estimador Mensual Industrial), mide la evolución de todos los sectores económicos (agro, servicios, industria). De ahí que es la variable más aproximada del producto interno bruto (PIB), que el Indec mide con frecuencia trimestral. En la industria, por ejemplo, es difícil distinguir síntomas de decaimiento: en abril, el EMI aumentó 7,7. La construcción, a su vez, avanzó 23 por ciento, y el consumo de servicios públicos subió 14,6 por ciento.
Con abril, el EMAE acumula 41 meses consecutivos de expansión. El crecimiento interanual del 6,4 por ciento de abril es el menor desde mayo del 2004, siempre comparando contra igual mes del año anterior. Sin embargo, hay que tener en cuenta que abril del 2005 mostró un nivel de actividad excepcionalmente alto (creció 11,4 con respecto a abril del 2004). Además, en términos desestacionalizados, en abril la economía siguió creciendo a buen ritmo (0,7%) respecto de marzo.
Como sea, en la tasa anual de expansión de la economía, la “desaceleración” es evidente. En octubre del 2005, la tasa anual de crecimiento (acumulado de los últimos 12 meses) era del 9,3 por ciento, en marzo cayó al 8,6 por ciento y en abril al 8 por ciento. Pero también es cierto que a principios del año pasado hubo muchos analistas que vaticinaron el fin del crecimiento a “tasas chinas” (superiores al 9 por ciento), cosa que no sólo no ocurrió. Durante la segunda mitad del año, la economía cobró todavía más impulso.
Más allá de si está ocurriendo o no, hay quienes no ven con malos ojos un ritmo de crecimiento menor al de los últimos años. La idea es que con una tasa de expansión de entre 7 y 8 por ciento, las presiones inflacionarias –por exceso de demanda– en algunos sectores podrían atenuarse. En el presupuesto 2006, el Gobierno pautó una meta de crecimiento del 4 por ciento, algo absurdo incluso cuando fue enviado el proyecto al Congreso, en septiembre del año pasado. Sin embargo, esa subestimación le permite este año embolsar los excesos de recaudación sobre la meta presupuestaria, cuyo destino no cuenta con la aprobación parlamentaria.
Ayer, desde Londres, el presidente del Banco Central, Martín Redrado, pronosticó que el crecimiento para este año rondará el 8 por ciento, mientras que la inflación se ubicará por debajo del 11 por ciento. “En el 2007, el crecimiento estará más cercano al 7 por ciento y la tasa de inflación estará decreciendo”, evaluó Redrado.
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