En una intervención de tres horas ante el Parlamento cubano, el presidente Fidel Castro recordó, al referirse a la Argentina, que “cuando yo hablé de lamebotas, me querían sacar los ojos, cortar la lengua, no sé cuántas cosas, ¿y qué?”, se preguntó con respecto a la evolución de la relación con Washington desde entonces, con el gobierno de Fernando de la Rúa, hasta ahora. Y respondió, aludiendo al gobierno actual, que “ya no, están por debajo, no se sabe en qué nivel, lo que están lamiendo ya son las sobras, las ruinas”. “Es un país que podría alimentar a 100 millones de habitantes y al que no debiera faltarle absolutamente nada, por la inmensidad de tierra que poseen y ni siquiera necesitan fertilizantes”, señaló. El jefe del Estado cubano aseguró que el FMI y el Banco Mundial “andan buscando una solución al desastre de los países en desarrollo” porque, “más que nunca, las naciones capitalistas se están convirtiendo en inviables e insostenibles”. Y también fustigó al presidente de Uruguay, Jorge Batlle, al que acusó de ir corriendo al FMI a pedir un préstamo de 3000 millones de dólares. “A ver si le dan una limosna al lacayo ése, el llorón ése de Uruguay”, sostuvo el líder cubano.