La baja del desempleo al 9,8 por ciento anunciada el jueves por el presidente Kirchner no es el único dato positivo que tiene para exhibir el Gobierno en materia de ocupación. Según la Subsecretaría de Programación Económica, durante el último año la tasa de creación de empleo registrado fue mayor que la del empleo total, evidenciando una destrucción neta de puestos de trabajo informales. Entre el primer trimestre de 2006 y el mismo período del año anterior, 393 mil personas consiguieron trabajo, pero los nuevos puestos en blanco sumaron 433 mil (entre los blanqueados y los nuevos empleados).

En Economía proyectan que en caso de mantenerse esta tendencia se tardaría seis años en reducir el empleo en negro del 44 por ciento actual al 20 por ciento. La hipótesis es optimista, pues supone que el empleo registrado seguirá creciendo al mismo ritmo durante todo ese período.

Hasta ahora los datos muestran una mejora notable. En el cuarto trimestre de 2004 los nuevos empleos registrados representaban apenas el 69 por ciento del total de puestos de trabajo creados. En ese momento, el empleo en negro seguía creciendo y la proyección indicaba que serían necesarios 25 años para hacerlo descender al 20 por ciento, pero a partir de entonces la tendencia comenzó a revertirse.

La proporción registrada del empleo asalariado creado se elevó al 91 por ciento en el segundo trimestre del año pasado y actualmente se encuentra en el 110 por ciento. Eso posibilitó que los puestos de trabajo precarios cayeran del 50 al 44 por ciento. Las responsables del blanqueo no sólo son las grandes empresas, sino también las pymes, donde el empleo registrado aumentó un 43 por ciento desde 2002.

El blanqueo se produce en un contexto de fuerte crecimiento de puestos de trabajo. En los últimos tres años la elasticidad empleo producto promedió el 0,8, cifra que prácticamente duplica a la elasticidad de la década de los ’90. La suba se explica por la mayor participación en el producto de las actividades productivas, que pasaron del 31 al 43 por ciento entre 2001 y 2005. La previsibilidad que otorgan los indicadores macroeconómicos también incidió en la generación de puestos de trabajo. En Economía resaltan que la actual situación de superávit fiscal y comercial sostenido no se registraba desde la década del 20. Además, la reestructuración de la deuda dejó a la economía en una situación de mayor fortaleza para enfrentar turbulencias externas.