ECONOMíA
› CONSIGUIO EN WASHINGTON UNA BOCANADA DE OXIGENO
Lavagna evitó el game over
Rara avis, el único rictus parecido a una sonrisa que ornó el rostro deprimido de Eduardo Duhalde provino de Washington. Roberto Lavagna no volvió, precisamente, con un container lleno de dólares, pero lo hizo zafando del gol de oro que dejó fuera de la cancha a sus antecesores Domingo Cavallo y Jorge Remes Lenicov. Pareció que lo dejaban afuera, lo recibieron con pésimos mensajes y el Presidente, cuenta uno de sus allegados, temió el fracaso de la misión el miércoles tras tener un durísimo cruce telefónico con Paul O’Neill.
Un waiver para lo más inmediato, una misión que viene: el objetivo de mínima del ministro se logró. Lavagna no se llevaba mayores ilusiones en su maleta, él confesaba a sus íntimos y al propio Presidente que lo mínimo era lo único que podía conseguir. Su próxima meta es llegar a un stand by más vasto, que no deje a Argentina fuera del mundo y de ahí a buscar acuerdos bilaterales con países europeos que, en pos de ayudar a las empresas de su bandera afincadas aquí, presten algunas pesetas o francos.
No será sencillo llegar al acuerdo. De los cuatro puntos, tres están muy abiertos.
- El fiscal, que incluye a las provincias, es el que Economía considera más sólido.
- El redimensionamiento del sector financiero, tal como lo propone el FMI, mete miedo en el Gobierno por sus terribles consecuencias sociales, mensurables en miles de despidos.
- El monetario sigue siendo un grano. El FMI exige que cese el goteo por los amparos contra la ley tapón. El Gobierno no sabe cómo hacerlo: su táctica de postergar el juicio político a la Corte no les basta a los cortesanos, que quieren el archivo definitivo de la acusación. Mancos en la política, en el Gobierno apelan a la Economía, blanden ante el FMI un informe del Banco Central, armado por Mario Blejer, que asegura que el drenaje por los amparos bajará de 200 millones mensuales (su cota actual) a sólo 50 en diciembre. Desde el Norte no les creen y tampoco aceptan la profecía, también contenida en ese informe, de que en diciembre el Central conservará 9000 millones de reservas, contando un aporte algo menor a 1000 millones que pondrán los bancos privados.
- Por último, el tipo de cambio. El FMI se muestra inflexible en liberarlo y Lavagna está convencido de que eso es un viaje de ida, raudo, a la hiperinflación. “¿Ellos piensan distinto?”, pregunta Página/12 a un hombre de economía. “Para nada, piensan lo mismo, pero no les importa”, contesta el interlocutor y sonríe, porque no le queda otra.
Lavagna consiguió el alargue pero puede haber gol de oro, escribió ayer Julio Nudler. Nada cabe agregar salvo que, en este peculiar partido, solo vale el gol de oro de los visitantes.