ECONOMíA › LAS CULPAS APUNTAN A ESTADOS UNIDOS Y A EUROPA
El fracaso de los países de la OMC para profundizar en la liberalización del comercio mundial, después de casi cinco años de negociaciones, sumergió a la Ronda de Doha en una crisis profunda. “La Ronda de Doha no concluirá este año”, tal como estaba previsto, admitió ayer el director general de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, quien insistió en que la situación creada ante la incapacidad negociadora de las grandes potencias comerciales “es muy seria”. Argentina y Brasil coincidieron en culpar a Estados Unidos y a Europa por ese fracaso.
La decisión de suspender esa ronda de liberalización comercial sin que se vea en el horizonte una fecha para su reanudación se ha producido después de que EE.UU., la Unión Europea, Brasil, India, Australia y Japón se reunieran anteayer en Ginebra sin lograr cubrir las diferencias que los separaban. El objetivo era lograr un acuerdo en las fórmulas para reducir subsidios y aranceles agrícolas e industriales a lo largo de esta semana, de tal manera que en las próximas pudieran completarse otros capítulos de la negociación de Doha, que a su vez estaba previsto concluir antes de fin de año.
“Ante el cariz de la situación y el bloqueo persistente, sólo puedo recomendar una vía de acción, que es la suspensión de la Ronda para que los participantes entablen un proceso de reflexión, que es claramente necesario”, indicó Lamy. Aunque señaló que no podía decir cuánto podría durar ese período de reflexión, otros participantes en la reunión como el ministro de Comercio indio, Kamal Nath, consideraron que se abre una etapa que “puede durar de meses a años”. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, aparentemente menos pesimista, consideró que esa nueva fase podría durar unos meses, “entre dos y seis, probablemente”. “Ahora hay que reflexionar en casa. Cada uno tiene que pensar sobre lo que hace falta en esta negociación, que es lo siguiente: pagar un poco más para tener un poco menos”, señaló un Lamy decepcionado, que pidió a los 149 países de la OMC, y en especial a los grandes, “hacer frente a sus responsabilidades”.
La Ronda de Doha, que se lanzó en noviembre de 2001 y pretendía concluirse a finales de 2004, tiene el propósito de alcanzar acuerdos que, entre otros asuntos, hagan posible la liberalización del comercio agrícola, industrial y de servicios. Su objetivo, sobre el que todos los países dijeron mantener su compromiso, es que los beneficios de esa liberalización repercutan principalmente en los países menos avanzados.
El gobierno de Kirchner apuntó a los Estados Unidos y a la Unión Europea. “Acá hay una transferencia de responsabilidades. Para nosotros ambos tienen la principal responsabilidad porque está ronda siempre se trató de la agricultura”, dijo el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía. El funcionario señaló que en materia de aranceles la “UE dijo que no estaba preparada para hacer cortes, y en materia de subsidios Estados Unidos indicó que tampoco estaba preparado”. Así, Chiaradía consideró que “esto es muy lamentable porque se suponía que era la Ronda para el Desarrollo”. Y estimó que en los próximos años “los acuerdos bilaterales van a ser la única fuente de liberación comercial”.
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