El Gobierno volvió a emitir títulos de deuda para Hugo Chávez. Esta vez, la emisión de Boden 2012 fue por 482,2 millones de dólares y se constituyó en la mayor compra del año por parte de Venezuela. La operación está vinculada con la necesidad de juntar reservas frente al fuerte vencimiento de deuda de las próximas semanas. Con la suscripción de ayer, Chávez lleva comprados 4000 millones de dólares en bonos argentinos.

Como todas las anteriores, esta colocación de papeles a Venezuela se concretó a valores de mercado. Significa que para la Argentina tiene un costo aproximado al 8 por ciento anual. Apenas por debajo al 8,34 por ciento afrontado hace un par de días en la licitación de bonos con vencimiento en el año 2011.

Algunas semanas atrás, Chávez se había comprometido a suscribir Boden 2012 por 400 millones a lo largo del mes. Al final fueron 727 millones (en efectivo ingresarán alrededor de 650 millones, porque la colocación se realiza bajo la par), fondos que servirán para pagar los vencimientos de deuda de agosto, por un total de 3441 millones de dólares.

Obsesionado por cuidar las reservas, Néstor Kirchner ordenó que entre Economía y el Banco Central diseñen una estrategia para pagar la deuda sin que disminuyan los dólares que se acumulan en el BC. Ayer, en el Central había 26.267 millones de dólares, que no se verán resentidos por los pagos. A las divisas aportadas por Venezuela se suman las compras diarias del Central en el mercado, una línea de 700 millones del Banco de Basilea y las últimas dos colocaciones de “Bonar”, por un total de 1000 millones de dólares. Suficiente masa de dinero para cumplir con los acreedores individuales y organismos internacionales.

En la city descuentan que, más allá de los pagos inminentes, Kirch-

ner quiere seguir reforzando las reservas. No sólo a través de las intervenciones del Central en el mercado cambiario –ayer adquirió otros 20 millones de dólares–, sino mediante la emisión de nuevos papeles. En las mesas de dinero de los bancos creen que Economía emitirá nuevos “Bonar”, pero esta vez a diez años de plazo, en tres series y por un total de 1500 millones de dólares. El primer lanzamiento se realizaría antes de la próxima reunión de la Reserva Federal (banca central estadounidense), en la cual se prevé una suba de la tasa de interés internacional.