La ausencia de grandes inversores de la plaza cambiaria, cierta iliquidez y las latentes esperanzas sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional permitieron que el dólar baje levemente su cotización hasta quedar en 3,79 pesos por unidad. El riesgo país en tanto, superó la barrera de los 7 mil puntos para quedar en 7024 en las últimas operaciones.
En la disminución de la presión sobre el dólar también influyeron las perspectivas de mejores ganancias para el semestre, que impulsaron una suba en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires del 5,7 por ciento. Los bonos de la deuda pública, en tanto, continuaron depreciándose llevando el riesgo país por encima de los 7 mil puntos. Pero en la city ya nadie habla de barrera psicológica.
“La caída de la divisa se debió a la ausencia de los bancos presionando sobre el tipo de cambio”, explicaron en la city. “La demanda la constituyeron sólo los pequeños compradores. Por otra parte, se observó escasez de fondos. En gran medida, esto se debe al pago de salarios”, agregó un cambista. Esa tranquilidad se reflejó en todos los estratos del mercado. En el segmento mayorista, la divisa se cotizó a 3,77/3,81 por unidad.
El Banco Central volvió a intervenir en la plaza vendiendo cerca de 61 millones, 52,5 en el sector mayorista y 8,5 millones entre las casas de cambio que operan por cuenta y orden. Como después recompró 67 millones, el resultado fue positivo en 6 millones. Así, el BCRA rebajó en tres centavos, un 0,79 por ciento, el precio de la divisa.
El BCRA fijó en 3,759 pesos el tipo de cambio para la liquidación de exportaciones. El “call” entre bancos de primera línea se resolvió al 50 por ciento anual y los préstamos por un día entre entidades de menor rango se pagaron hasta un 60 por ciento. Los saldos inmovilizados en las cajas de ahorro recibieron un rendimiento promedio del 9,88 mensual.