“Hay ejemplos alentadores que demuestran que es posible evitar una aceleración de la inflación con medidas no monetarias, como las políticas de ingresos (...) intervenciones gubernamentales directas en los procesos de determinación de los precios y, más importante aún, los salarios nominales. China y la Argentina, experimentando con nuevos instrumentos de estabilización de precios, han ganado recientemente un considerable espacio de política.” La cita es parte del informe anual de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad), presentado ayer en el mundo y deja en evidencia las diferencias que provoca el caso argentino entre los organismos internacionales, pues hace menos de un mes el FMI sostuvo en su evaluación anual del país que las “medidas administrativas adoptadas para desalentar la inflación (...) deberán ser desmanteladas tan pronto como sea posible”.

La Unctad, institución creada en 1964 para promover la integración de los países en desarrollo en la economía mundial, destacó también la independencia ganada con respecto a los mercados financieros internacionales y el tipo de cambio competitivo que viene sosteniendo el gobierno de Néstor Kirchner. El economista Andrés López, quien fue designado para presentar el trabajo en el país, sintetizó los elogios al señalar que “los países emergentes más importantes, como Argentina, han aprendido de los errores de la década del noventa, por lo que están mucho menos sujetos a sufrir crisis financieras”.

Además de destacar la toma de distancia de los países en desarrollo con relación a las políticas neoclásicas, el informe presentó una serie de recomendaciones, entre las que incluyen la necesidad de diversificar la estructura productiva para reducir la dependencia de la producción primaria, previendo un cambio en el contexto internacional que hoy es claramente favorable debido a los altos precios de los commodities. Para promover la producción en nuevos sectores se reivindica la posibilidad de proteger selectivamente algunos mercados, tal como lo hicieron en su momento las naciones desarrolladas. Además, se afirma que esas protecciones deben estar contempladas en un nuevo marco elaborado por la Organización Mundial del Comercio sin que los países desarrollados deban recibir concesiones a cambio.