Mar 19.09.2006

ECONOMíA  › CAMBIOS DEL REPARTO DE VOTOS EN EL FMI SIN AFECTAR LA RELACION DE PODER

Toque de maquillaje sin soltar el control

Argentina, junto al resto de países sudamericanos, India y Egipto votó en contra, pero no pudo doblegar la propuesta presentada por Rodrigo Rato, que modificó el porcentaje de votos de sólo cuatro países sin cambiar la relación de fuerzas entre el G-7 y los no industrializados.

La Asamblea del FMI aprobó ayer en Singapur, con el 90,6 por ciento de los votos, la primera etapa de la reforma que modifica la distribución de poder que cada país tiene dentro del organismo. Por ahora, los cambios se limitaron a ampliar levemente las cuotas (aportes financieros y votos) de México, China, Corea del Sur y Turquía, tal como lo propuso el director gerente del Fondo, Rodrigo Rato. Los países de América del Sur, India, Egipto y un grupo de pequeñas naciones de Medio Oriente y el Sur de Africa se opusieron al proyecto por no tener garantías de que las naciones en desarrollo puedan lograr mayor participación tras la segunda fase de la reforma que debe concluirse a fines de 2008. Sin embargo, no pudieron impedir su sanción debido a la escasa representación que poseen en la entidad.

La ministra de Economía, Felisa Miceli, y sus pares de Brasil, Egipto e India ya habían adelantado que no se oponían al beneficio que recibieron los cuatro países seleccionados, pero justificaron su voto en contra al afirmar que “el temor que tenemos es que esto termine siendo una compensación entre países pobres”. China amplió su proporción de votos de 2,94 a 3,65 por ciento, México de 1,20 a 1,43, Corea del Sur de 0,76 a 1,33 y Turquía de 0,45 a 0,55 por ciento. Esa suba se compensará ahora con una pequeña caída proporcional del voto del resto de los miembros.

La segunda etapa, en cambio, prevé una revisión de la fórmula que reparte el voto del conjunto de los países miembro en función de su posición relativa en la economía mundial. El proyecto de Rodrigo Rato, que tiene el apoyo de los países centrales, tomará en cuenta el PIB medido en términos nominales (en dólares), el grado de apertura comercial, el nivel de reservas y la variabilidad, un indicador que intenta estimar la vulnerabilidad frente a crisis monetarias. Rato afirma que de ese modo la participación de los países en desarrollo crecerá. En la actualidad, por ejemplo, Bélgica tiene más votos que India, a pesar de que su PIB es la mitad, y Holanda más que Brasil y Sudáfrica juntos, pese a que su economía también es menor.

Sin embargo, Brasil, India, Argentina y otros países desarrollados desconfían del proyecto oficial. “El reajuste de la distribución de cuotas (que determinan el voto) podría terminar por aumentar aún más la ya amplia mayoría de que disfrutan las economías avanzadas”, alertó el domingo pasado el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, en la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI.

Estas naciones piden que el PIB se considere en términos de poder adquisitivo, pues argumentan que debe considerarse qué se puede comprar en cada país con un dólar y no la comparación nominal de los respectivos productos. Además, afirman que los países en desarrollo concentran más de la mitad de la población y eso debe tener su correlato al momento de votar.

En la actualidad, la desigualdad entre los países centrales y los periféricos al interior del FMI es notable. El Directorio Ejecutivo que toma las decisiones tiene 24 plazas. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Arabia Saudita tienen un representante cada uno, mientras que los otros 176 países que integran la organización se reparten las 16 plazas restantes. La desigualdad es mayor aún al momento de votar porque los votos de los directores son proporcionales a las cuotas de los países que representan, las que a su vez dependen del poderío económico y financiero internacional. Apenas cinco países tienen el 39 por ciento de los votos.

La mayoría de los países en desarrollo asegura que esa desigualdad no será modificada con la actual reforma que impulsa Rodrigo Rato, ya que el aumento de participación de las cuatro naciones seleccionadas en la primera etapa se compensará con el retroceso experimentado por otros países periféricos en la segunda fase. Por ese motivo, a través de un comunicado instaron a un “genuino intento de trabajar en una fórmula simple y transparente que refleje la situación de las economías de los países y que proteja la posición de las naciones de bajos ingresos”. Rato en cambio celebrará hoy el triunfo político que supuso la aprobación de su proyecto.

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